Es indudable que construir una casa propia en la actualidad en el país se ha vuelto difícil, explica el arquitecto Fernando Hinojosa.
La edificación, como tal, exige una serie de actividades paralelas y complementarias: el uso de electricistas, plomeros, albañiles, promotores, diseñadores, sumado a la variedad de acabados de construcción, suma una cantidad de rubros que encarecen el costo final de la vivienda.
Actualmente, puntualiza Hinojosa, se ofertan viviendas en serie, con adosamientos a los dos lados, o departamentos de altura, en donde el concepto de los espacios mínimos prevalece. Por esta razón una unidad de 80 m² es, en los momentos actuales, una solución ideal para la familia nuclear (4 ó 5 miembros), que también prevalece en estos tiempos.
El terreno promedio para este tipo de vivienda, teoriza el arquitecto Jorge Bailón, es de 80 m² en condominio, más un estacionamiento en un parqueadero general. Una villa necesita más m².
Uno de los rubros que influye en el precio final de la vivienda es el costo del suelo, dice Bailón. No es lo mismo una casa familiar construida en Cumbayá que otra levantada en el sur de Quito o en Yaruquí o Cutuglahua.
Explica Hinojosa: la especulación del suelo urbano incide de manera directa en el costo. Ahora se puede hablar de 400 dólares como promedio para el m² de construcción, en una edificación de hormigón armado con losa. De hecho, afirma el arquitecto Fernando Martínez, la oferta de vivienda está claramente sectorizada.
La popular, con acabados económicos, se construye en las áreas periféricas a la ciudad, Caupicho, Calderón, San Antonio y parte del valle de Los Chillos. En estos sitios, el m² vale unos 500 dólares: USD 40 000 por una unidad de 80 m².
Los inmuebles con mejores acabados se emplazan en los alrededores de la ciudad o bien en el valle de Cumbayá.
Los acabados lujosos y exclusivos aumentan el precio de la vivienda. Son ejemplos de máxima calidad de fabricación nacional: muebles sanitarios de la línea Vencerámica, grifería de la línea 201 FV, clósets y muebles de cocina modulares de MDF y melamínico de Hogar 2000 o Rambal, pisos flotantes de madera y cerámica nacional de exportación en baños y cocina, ventanería de aluminio estándar y vidrio de 4 y 6 mm, pintura superior (Súper Corona), cerraduras tipo Kwikset nacionales. Si en la casa se utilizan porcelanatos italianos, cerámicas españolas, mármoles y granitos brasileños, hidromasajes, jacuzzi, cerraduras italianas, tubería de cobre, por ejemplo, el valor final sube más todavía.
Y alcanza valores de más de USD 70 000 por 80 m².