Los turistas llegan a la Torre Eiffel en París. Foto: EFE
La semana fue poco propicia para hacer turismo en las calles de París tras los atentados que enlutaron Francia, pero muchos visitantes se han negado a que la violencia arruine su visita a la Ciudad Luz.
“Cuando almorzábamos el viernes pasado, vimos pasar a la policía y la camarera estaba llorando. Hemos comido en silencio”, relata Kitty Wilcox, que llegó el jueves a París, con un grupo de estudiantes de letras británicos, un día después del atentado contra Charlie Hebdo, que dejó 12 muertos.
“La víspera de mi viaje, pasé la mitad del día llorando, y me preguntaba si debía venir. Finalmente, muy pocas personas renunciaron a hacerlo”, explica Elizabeth Ranson, otra estudiante del grupo, que halló en la capital francesa ansiedad y tristeza.
“Mi madre estaba muy preocupada, pero finalmente me alegro de haber venido”, añade.
El atentado contra Charlie Hebdo el miércoles y la sangrienta toma de rehenes en un supermercado kósher el viernes, no favorecerán los objetivos de las autoridades francesas, que esperan llegar a los 100 millones de turistas, contra 83 millones en 2012.
En la Torre Eiffel, el sábado por la mañana, no se veían las habituales largas colas de espera para ingresar al lugar, aunque la lluvia caída ese día pudo influir en ello, más que el miedo.
“La sensación es un poco extraña, pero con tantos policías alrededor, uno se siente seguro”, afirma Matt Gerhardt, un joven alemán de 24 años, que llegó a París con su novia.
Los empleados de la Torre Eiffel afirman que hubo en los dos días precedentes tanta gente como de costumbre, y que los turistas expresaron su solidaridad con Francia.
“El viernes, todo el mundo participó en el minuto de silencio, tanto los turistas como los empleados”, asegura Nicholas Michal. “Es asombroso”, comenta este empleado.
Impacto limitado
Para los profesionales del sector turístico, el impacto de los atentados es innegable, pero no esperan que sus efectos se prolonguen a largo plazo.
“El impacto ha sido relativamente limitado de momento. No ha habido pánico” afirma Didier Arino, director del gabinete de asesoría Protourisme.
“En el mundo occidental, vivimos con la certeza de que ahora estamos expuestos a atentados” añade Arino, que reconoce que los turistas asiáticos son los más inquietos.
Interrogado el sábado, el ministerio francés de Turismo se abstuvo de cualquier comentario. “ No es el momento ” para ello, se indicó.
Una turista paraguaya reconoce, frente a la catedral de Notre-Dame, que albergó temores sobre su viaje a Europa, ya desde antes de su llegada el miércoles.
“Se habla mucho en mi país del islam radical en Europa, y estaba preocupada” , explica Isidora Johnson, estudiante de 25 años.
“Cuando llegué, recibí mensajes de todos mis amigos. Estaban preocupados. Me quedé sentada en mi habitación del hotel, diciéndome que iba a tener mucho miedo si salía. Y luego me dije, qué caramba, y salí y mantuve los ojos bien abiertos y todo fue bien” , agrega la muchacha.
“Anoche estuve en el Arco de Triunfo, y ví iluminado sobre la fachada el ” Paris est Charli. “Es realmente emocionante”, confiesa Isidora Johnson.