La actividad turística cesó en la playa de Atacames tras el terremoto

Miembros de la Policía Nacional recorren las playas de Tonsupa, Atacames y Súa. Foto: Marcel Bonilla / EL COMERCIO

Miembros de la Policía Nacional recorren las playas de Tonsupa, Atacames y Súa. Foto: Marcel Bonilla / EL COMERCIO

La mayoría de hosterías y hoteles permanecen cerrados desde hace una semana que se registró el terremoto de 7.8 grados. Foto: Marcel Bonilla / EL COMERCIO

El 70% de los negocios de Atacames están cerrados. En el malecón y la playa solo se observa a prestadores de servicios y pequeños sitios de ventas de cebiches, artesanías y dueños de lanchas que salieron después de cinco días para ver si podían reanudar sus actividades.

Los dueños de bares y negocios que están en la playa, muchos de ellos extranjeros y de la Sierra, dejaron el balneario el mismo día del terremoto que produjo grandes fisuras de dos edificios del malecón, en donde se prohibió su ocupación. Los pocos hoteles que están abiertos no tenían a ningún turista hospedado por seguridad y porque no han llegado desde el sábado en la noche.

La mayoría de hosterías y hoteles permanecen cerrados desde hace una semana. No están sus dueños, tampoco sus administradores, que son de otras partes del país y que también se fueron por seguridad.

Jackson Ruando, propietario del hotel Verónica, en Atacames, dice que la alerta de tsunami hizo que muchos turistas que estaban hospedados la noche del terremoto abandonaran los hoteles y salieran en sus carros con destino a Quito.

Él reabrió su restaurante y las puertas de su hotel este sábado 23 de abril, pero hasta el mediodía apenas había vendido un cebiche y una botella agua. Las 60 habitaciones de su hotel estaban vacías.

Miembros de la Policía Nacional recorren las playas de Tonsupa, Atacames y Súa. Foto: Marcel Bonilla / EL COMERCIO

La noche de la sacudida, en su hotel estaban hospedadas 22 personas, pero ese misma noche se fueron tras el susto que vivieron en el  cuarto piso del hotel del Ruano. “Todos recogieron sus cosas y se fueron en sus carros hacia Quito”, dijo Ruano.

Las mujeres que realizan trenzas en la playa dicen que el terremoto alejó más a los turistas de la ciudad de Quito que habían empezado a llegar los fines de semana para quedarse dos días.

Marisol García, que se dedica a ese oficio durante 10 años, comenta que es la primera vez que observa la playa de Atacames vacía, hoteles sin turistas, negocios cerrados y sin música en los bares. Todo está en silencio, apenas se escucha las voces de las personas que ofrecen cebiches, artesanías y ropas a las personas que pasan en sus carros por un desolado malecón.

Desde el pasado miércoles, el único movimiento que se ha observado en la playa son los médicos, paramédicos, bomberos y rescatistas que han hecho un alto para descansar en los 15 hoteles ofrecidos por la Cámara de Turismo de Atacames a quienes acuden hacia los sitios afectados por el terremoto.

A pesar de la ausencia de los turistas en las playas del sur de Esmeraldas, la Policía Nacional ha desplegado a su personal para que esté pendiente de la seguridad en las playas de Tonsupa, Atacames y Súa.

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