Puerto Príncipe, AFP
Tropas de Estados Unidos se desplegaron hoy en puntos estratégicos de Puerto Príncipe para asegurar la atención humanitaria a una población desesperada, al cumplirse una semana del sismo que causó al menos 70 000 muertos en Haití.
Unos 50 paracaidistas de la 82ª División Aerotransportada descendieron de al menos cuatro helicópteros y se establecieron cerca del derruido Palacio Presidencial, en Puerto Príncipe.
Al mismo tiempo los primeros Marines desembarcaron a unos 16 km al suroeste de la capital haitiana. Estos efectivos se unirán a los cascos azules de Sri Lanka en las ciudades de Léogâne, Grand-Goâve y Petit Goâve, según el coronel Greg Kane.
El lunes, la aviación estadounidense lanzó la primera ayuda en paracaídas, arrojando 14 500 raciones alimentarias y 15 000 litros de agua sobre una zona distante a unos 8 km del aeropuerto de la capital haitiana.
Entre algunos pobladores el desembarco estadounidense en el Palacio Presidencial no fue bien recibido.
“No los he visto distribuyendo comida en el centro de la ciudad, donde la gente necesita urgentemente agua, alimentos y medicamentos. Esto se parece más a una ocupación”, dijo Wilson Guillaume, estudiante haitiano de 25 años.
Aun cuando las posibilidades de ubicar gente con vida entre los escombros disminuyen con el tiempo, la ONU confirmó que unas 90 personas han sido rescatadas vivas en Puerto Príncipe desde el pasado martes.
“La esperanza persiste. Todavía tenemos esperanza de encontrar a supervivientes”, declaró en Ginebra la portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), Elisabeth Byrs.
Pero Estados Unidos espera pasar “muy pronto” de la fase de búsqueda de sobrevivientes a la recolección de los cadáveres, indicó el general Daniel Allyn, subcomandante de la operación militar estadounidense en Haití.
Según datos de la ONU difundidos este martes, más de 90 personas han sido rescatadas de entre los escombros, 20 de ellas desde el domingo, cuando ya se habían superado los cinco días desde el terremoto.
Entretanto, los heridos siguen llegando en masa a los abarrotados centros médicos, donde las amputaciones son el pan de cada día.
En un hospital en ruinas de Puerto Príncipe, un cirujano francés, Jacques Lorblances, asegura que él y sus colegan han operado a 30 personas desde el sábado. Veintiocho sufrieron amputaciones.
Aunque se seguían observando saqueos, la Misión de Estabilización de la ONU en Haití (Minustah) consideró que la seguridad en Puerto Príncipe “es estable, con violencia y pillajes limitados y localizados”.
“La mayoría de los incidentes ocurren en los barrios ya clasificados como de alto riesgo antes del sismo”, subrayó la Minustah.
Ese informe fue citado el martes por OCHA, que sin embargo admitió que “los escoltas militares son necesarios para el transporte y la distribución de la ayuda humanitaria”.
Por ejemplo, la distribución de ayuda no alimentaria por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) tuvo que ser interrumpida por el “ambiente tenso” que reinaba en el barrio de Puerto Príncipe donde trabajaba el equipo encargado de esta operación, informó el CICR en Ginebra.
“Pese a la difícil situación en Puerto Príncipe, trataremos de reiniciar la distribución de ayuda (no alimentaria) en los próximos días”, indicó el jefe de las operaciones del CICR en el lugar, Riccardo Conti, citado en un comunicado.
El Consejo de seguridad de la ONU aprobó este martes el envío de 3.500 efectivos adicionales a Haití, con lo que el total la cifra será superior a los 11.000.
La Misión de la ONU para la Estabilización de Haití (Minustah) “consistirá en un componente militar de hasta 8.940 militares de todos los rangos y un contingente de 3 711 policías” .
“Debemos enviar las tropas lo antes posible para que ayuden a mantener el orden y permitan la distribución de ayuda humanitaria” , dijo el secretario de la ONU, Ban-ki Moon.
Sobre el terreno, la emergencia está ahora en evitar una catástrofe sanitaria: sin acceso al agua potable, a los sanitarios, los riesgos de epidemia aumentan cada instante.
“Las prioridades inmediatas continúan siendo la ayuda médica, encargarse de los cadáveres, el abastecimiento de refugios, de agua potable y el acceso a sanitarios”, indicó la Oficina de Coordinación Asuntos Humanitarios (OCHA) de la ONU.
Al menos 70 000 cadáveres fueron enterrados en fosas comunes, pero las fuerzas norteamericanas calculan que el número de muertos podría llegar a 200.000, acercándose al balance del tsunami de 2004 en el Océano Indico (unos 220 000 muertos).
El terremoto dejó también al menos 250 000 heridos y 1,5 millón de personas sin vivienda.