Los transportistas urbanos protestaron en Cuenca

Los transportistas y sus familias se quedaron en los bajos del Municipio de Cuenca a la espera de mantener un diálogo con las autoridades municipales. Foto: Lineida Castillo / EL COMERCIO

Los transportistas y sus familias se quedaron en los bajos del Municipio de Cuenca a la espera de mantener un diálogo con las autoridades municipales. Foto: Lineida Castillo / EL COMERCIO

Los transportistas y sus familias se quedaron en los bajos del Municipio de Cuenca a la espera de mantener un diálogo con las autoridades municipales. Foto: Lineida Castillo / EL COMERCIO

La mañana de este jueves, 28 de diciembre del 2017, los transportistas urbanos de Cuenca cumplieron con la primera medida de protesta para exigir a las autoridades municipales que den paso al alza del pasaje. Este tema está estancando y condicionado al cambio de unidades de tecnología Euro 5.

El 5 de septiembre, el Concejo Cantonal aprobó el incremento del pasaje urbano de USD 0,25 a 0,30, pero los directivos de la Cámara de Transporte no firman el documento porque no están de acuerdo con la principal de las 26 exigencias interpuestas para mejorar el servicio.

Se trata de la renovación integral de las 450 unidades en un plazo máximo de 21 meses, con tecnología Euro 5. Según los fabricantes, con unidades de estas características se reduce la emisión de contaminantes como CO2 y material particulado.

Pero los estudios técnicos realizados por la Universidad de Cuenca y la Empresa Pública de Hidrocarburos confirman que el diésel que produce el país no es el adecuado para estos vehículos porque tienen altos niveles de azufre, dijo Leonardo Albarracín, presidente de la Cámara.

La norma internacional permitida es de 10 partículas por millón y el diésel ecuatoriano tiene entre 100 a 200 partículas, explicó Albarracín. Los transportistas sostienen que por esta incompatibilidad, los vehículos podrían sufrir daños constantes en los inyectores, bomba de combustible, sistema catalítico…

La marcha de este jueves empezó en el parque de San Blas y recorrió la céntrica calle Bolívar, hasta los bajos del edificio municipal, ubicado en la calle Sucre. Tuvo una importante participación porque los transportistas salieron con sus esposas e hijos portando carteles y gritando consignas como “Cabrera, esta es la primera”.

El servicio de transporte se cumplió con normalidad en la ciudad. El alcalde, Marcelo Cabrera, señaló que los transportistas pueden realizar marchas pacíficas, pero que no aceptarán las amenazas. Lo dijo a propósito del anuncio de los dirigentes de desarrollar nuevas medidas de hecho para la próxima semana.

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