Los trajes marciales de las bandas del Mejía, Montalvo y Montúfar tienen su historia en Quito

La banda estudiantil del colegio Montufar en el desfile de la Confraternidad en Quito

La banda estudiantil del colegio Montufar en el desfile de la Confraternidad en Quito

Los detalles marciales son la característica de los uniformes de las bandas estudiantiles, como la del colegio Mejía. Foto: EL COMERCIO

Las bandas de los colegios Mejía, Montalvo y Montúfar son consideradas por muchos como las emblemáticas de Quito. Hasta el 2007 eran el platillo principal de los desfiles de la Confraternidad que se desarrollan en diciembre. Desde ese año soportan una serie de disposiciones para cambiar su esencia.

Las tres bandas estudiantiles (anteriormente de paz e, incluso antes, de guerra) tienen dos características esenciales: el ritmo marcial y un uniforme con detalles militares. Los instructores de las tres agrupaciones, al igual que expertos, coinciden que este estilo se formó por circunstancias históricas.

Este sábado 5 de diciembre del 2015, 350 integrantes del colegio Mejía desfilarán en la Tribuna De los Shyris. En una época había 500 alumnos entonando marchas marciales a lo largo de esta avenida, en el norte de Quito. El colegio Montúfar se presentará el domingo 6 en la Tribuna del Sur. Esta institución también ha experimentado un descrecimiento en el número de músicos.

Ambas agrupaciones mantendrán su uniforme intacto para presentarse. Esto, pese a que en el Ministerio de Educación se invita a abandonar los adornos militares. En una entrevista anterior, el subsecretario de Educación, Fabricio Vallejo, señaló que hay disposiciones escritas en las que se trata de dejar atrás la marcialidad en las coreografías.

“Se les ha solicitado que no deben tener distintivos directos de los militares porque es un desfile celebrando fiestas de Quito y no uno militar”, dijo a inicios de mes el funcionario.

La banda estudiantil del colegio Montufar en el desfile de la Confraternidad en Quito. Foto: Archivo Particular

Darwin Portilla, instructor de la banda del Mejía, dijo que se presentarán con el uniforme tradicional: casco, charreteras, banderolas, chaqueta caqui, pantalón sin bolsillos, guantes blancos, botines de charol y espolines.

Él defiende el estilo de la vestimenta. De una carpeta azul saca dos copias de periódicos que fueron impresos el 19 de marzo de 1941. Los primeros integrantes fueron 12 chicos con uniforme militar verde olivo, botas y cristina.

Según Portilla, con esa demostración inició la actividad que hoy se conoce como premilitar, un aprendizaje de los estudiantes para estar preparados ante una invasión extranjera. Esto no fue por coincidencia o azar. Tambores de guerra se escuchaban entonces. Cinco meses después de la presentación del Mejía estalló el conflicto con Perú.

El colegio Montalvo también se hizo escuchar en las calles del Centro Histórico en 1941. Patricio Flores recuerda que los estudiantes desfilaron como apoyo a las decisiones soberanas de Ecuador.

Este 2015, el Montalvo es uno de los grandes ausentes de los desfiles. Francisco Saona, representante de Creatósfera, empresa que realiza el evento, dijo que la banda no se encontraba en óptimas condiciones escénicas. También dijo que la banda no dejó atrás su estilo marcial.

Juan (no se publicará el apellido para que no tenga represalias) se mostró decepcionado por la decisión. Él practicó desde el inicio del año lectivo en septiembre para presentarse en los desfiles de la Confraternidad. “Ese es el objetivo, nosotros siempre nos hemos presentado y la gente nos aplaudía al pasar”.

Los uniformes se quedaron en las casas de los alumnos y los instrumentos y cascos al estilo prusiano se quedaron embodegados. El Montalvo, durante décadas, hizo pedidos y labores de autofinanciamiento para adquirir instrumentos y los cascos. Hoy, ese esfuerzo pasará desapercibido.

En el desfile de la Confraternidad en Quito, los integrantes de la banda del colegio Montalvo lucen sus uniformes rojos con blanco. Foto: Archivo/EL COMERCIO

Hace 15 años los estudiantes y egresados del Montúfar solventaron los cascos característicos de la institución. En el propio colegio se hicieron jornadas especiales para unir las partes que habían pedido del extranjero.

Para los alumnos, es un honor portar el uniforme. Jorge (se reserva el apellido), del colegio Montúfar, dice que no cualquiera puede tener este “honor”. Dice que cumple con las extenuantes prácticas y que le pone empeño para mejorar la presentación del colegio. Él ahorró durante un año para comprarse el uniforme. “Quiero dejar muy en claro que es voluntario estar aquí y que el esfuerzo vale la pena”.

El coronel Jaime Anda, historiador militar, señaló que el origen de las bandas se remonta al siglo XVI. Con las múltiples conquistas y guerras de liberación, esto se expandió a la mayoría de los ejércitos de los países.

Él señala que los principales colegios y universidades aprendieron las marchas y la disciplina militar y las conservaron. Para él, es lógico que los tres colegios que comparten un origen similar no puedan abandonar tan rápido sus características que los hicieron especiales. “Es una tradición, no se puede cambiar la historia”.

El uniforme militar, actualmente, es un ícono de los colegios. Dijo que los adornos no tienen una función determinada, como en el pasado, pero que son elementos importantes para la identidad de la banda. A continuación, Jaime Anda detalla características de estos artículos.

1.- Casco: Era usado por los músicos que iban a la batalla. Tenía que ser similar al ejército de su nación y los protegía de las balas.

2.- Charreteras: En el pasado eran de metal, daban un rango militar y protegían los hombros de los músicos que generalmente estaban en primera línea de fuego.

3.- Banderolas
: Indicaban la nacionalidad del ejército. El coronel Anda recordó que en las guerras no solo participaban ciudadanos de un país, sino que se contrataban legionarios que obligatoriamente tenían que lucir los colores de la nación que los requería.

4.- Botines y espolines: Usados para trajes de gala. Los espolines eran una opción para montar a caballo en caso de urgencia.

5.- Cordón y bala: El cordón era para identificación del soldado y en la bala se guardaba granito que se lo usaba para anotar órdenes. Los soldados, sobre todo los que entonaban un instrumento, no tenían lápiz a la mano. Sacaban el granito guardado en la bala en caso emergente.

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