Un equipo de los Topos de México habló de su experiencia en las labores de rescate realizadas e Ecuador, después del terremoto del 16 de abril. Foto: Paúl Rivas/ EL COMERCIO
A través de los parlantes ubicados en el auditorio José Mejía Lequerica de la Facultad de Medicina de la Universidad Central, en el sector de El Dorado, se escuchaba a todo volumen la tradicional canción mexicana ‘El son de la negra’.
Así se dio la bienvenida hoy, 29 de abril del 2016, a los rescatistas mexicanos del grupo ‘Topos 19 de Septiembre (19-09)’, quienes acudieron a la zona del desastre tras el terremoto del sábado 16 de abril del 2016. El sismo afectó a varias poblaciones de la Costa ecuatoriana, especialmente de las provincias de Manabí y Esmeraldas.
Ante más de 80 jóvenes, en su mayoría alumnos de la carrera de paramédicos de ese centro de estudios superiores, ellos contaron sus experiencias sobre lo que fue su colaboración con los damnificados. Lo primordial cuando llegaron al país es que al ser visitantes “nos apegamos a las organizaciones ecuatorianas que coordinaban las ayudas durante la emergencia”, precisó Israel Lagunas, uno de los expositores del grupo Topos 19-09.
Antes de viajar, los rescatistas seguían de cerca lo que pasaba en territorio nacional; lo hicieron a través de las redes sociales. Luego, hicieron un repaso de la cultura y las costumbres ecuatorianas para abordar de forma eficaz a las víctimas cuando se encuentren en las zonas afectadas por la tragedia. “Es doloroso ver que Ecuador sufrió lo mismo que Haití, en el 2010 y México, en 1985 (en otros terremotos). Por eso, nos caracterizamos por ayudar a los demás, por ayudar a los que sufren”, manifestó Eduardo Castillo, quien colabora como rescatista desde hace 17 años.
Alistaron rápido sus implementos ya que ellos debían llegar lo más pronto posible al país; lo hicieron el martes 19 de abril. Se adaptaron también a la alimentación de la zona del desastre. “En ciertas ocasiones, nuestra dieta fue arroz con atún, pero variamos a atún con arroz”, bromeaba Lagunas.
La mexicana Lery Betancourt colaboró con la ayuda psicológica a las víctimas de la tragedia. Estuvo en campamentos y lo que primero que hizo fue conversar con la gente para que se desahogara. Durante su intervención, aseguró que la ubicación geográfica del Ecuador es delicada y la gente de este país debe estar consciente de aquello.
“Encontramos un Ecuador muy negador de su situación geológica, de su vulnerabilidad, de tener cinco volcanes activos, de tener placas tectónicas moviéndose debajo y que forman parte del cinturón de fuego (…) Eso no hay que negar, ni siquiera en Quito. Hay que estar preparados para eso”, aseguró Betancourt ante los jóvenes que estaban en el auditorio.