Froilán, Jiménez, Redacción Deportes
En su librería personal reposan unos pocos libros escritos en español camuflados entre textos de inglés y alemán. Todos estos escritos se pierden dentro de una estantería donde dominan las obras japonesas.
SU SEÑA.Seven Summits es un legado que deja para jóvenes dedicados al montañismo.
SU RECETA. Hacer de las oportunidades de vida una ventaja para crecer y desarrollarse.
SU FILOSOFÍA. Superar los retos de la vida por más difíciles que se presenten.Todos, sin excepción, son de dominio de Patricio Tisalema, quien habla, lee y escribe los idiomas de las obras que posee. Incluso, cuenta con ensayos en Kanjis (caracteres chinos utilizados en la escritura japonesa) y en Hiragana (silabarios de la escritura).
Los samurái, la cultura, el idioma y los secretos milenarios siempre llamaron su atención. Además, durante su niñez se divertía con el juego de Los países: “Japón declara la guerra a…”, gritaba mientras lanzaba el balón al aire y corría lo más lejos posible.
Su relación con el mundo asiático empezó a los 21 años. El ambateño se convirtió en guía de montaña y, por coincidencia, trabajó con japoneses, con quienes se comunicaba únicamente en inglés.
Fueron estos aventureros quienes invitaron al montañista a visitar Japón. Tisalema no dudó. Se inscribió en la U. Católica para estudiar los símbolos que componen el idioma asiático. Paralelamente, en la Alianza Francesa aprendió francés y fotografía, mientras que en la casa Humboldt, alemán.
Durante su preparación, Tisalema propuso a la Embajada japonesa un concurso de Kanjis, el cual ganó al escribir más de 1 800 símbolos. El premio fue una beca para descubrir Japón.
“Los Kanjis no están en el pénsum universitario. Los descubrí por cuenta personal. En Asia, si no entiendes Kanjis, no lees nada. Con el Hiragana solo se conversa”, explicó. La tercera rama del idioma es el Katakana, que sirve exclusivamente para escribir nombres de extranjeros.
Durante más de seis meses preparó bocetos para dictar conferencias de turismo. Es decir, se dedicó a promocionar los encantos del Ecuador. También se convirtió en guía de ‘trekking’ y baja montaña.
Sus escritos se adaptan a la cultura oriental. Se leen de atrás hacia adelante y de arriba hacia abajo. “Solo es cuestión de acostumbrarse”, señala. Gracias a sus escritos y a su experiencia en los glaciares, el ecuatoriano es un hombre respetado en territorio nipón, así reseña la famosa revista Yama to Keikoku (Turismo y montaña).
Para 2003 retornó al Ecuador y fundó Ecuador Discovery, una operadora de turismo que se encarga de recibir y guiar a los asiáticos en Sudamérica.
A Tisalema le fascinó la idea de servir a los extranjeros, pero su espíritu aventurero exigía un reto. Entonces, planificó Seven Summits (2005-2008), que consistió en coronar las cumbres más altas de cada continente en solitario y sin oxígeno artificial. “Fue una aventura única. Llegar al Everest, es, sin duda, lo más grande que le puede suceder a un escalador”.
Durante sus dos años de alta montaña descuidó su empresa y en parte, perdió los contactos con Asia. Ahora, nuevamente retoma sus Kanjis e Hiraganas para emprender otro gran proyecto.
Tisalema, de 34 años, volverá a Japón el próximo mes para escalar los Alpes y promocionar el Ecuador en más de 150 refugios. “Por cultura, los japoneses visitan, por lo menos una vez en su vida, todas las montañas”, explicó.
Ahora, con orgullo, Tisalema dice que ya no juega a declarar la guerra, sino que declara convenios de turismo y amistad. También dejó de jugar a las congeladas y ahora, deja congelados a los turistas japoneses que prefieren que un experto en montaña los guíe por el mundo.