Manila. DPA
El tifón Mirinae causó la muerte de al menos 14 personas en Filipinas y dejó a miles sin vivienda, mientras que ayer aún había cuatro desaparecidos, informaron las autoridades de protección ante catástrofes.
Los trabajos de rescate fueron difíciles debido a que gran cantidad de calles estaban cubiertas por lodo y barro o inundadas. El sábado, la tormenta arrancó en las provincias orientales del país gran cantidad de torres de electricidad. El tifón se desplazaba ayer sobre el mar.
Ocho personas perecieron ahogadas en ríos, que aumentaron su caudal por las masas de agua. Tres víctimas murieron por hipotermia, dos por la caída de paredes, mientras que una persona cayó de un techo y falleció.
Unas 6 000 casas quedaron destruidas y 10 000 personas tuvieron que ser alojadas en refugios de emergencia, según las autoridades. Las personas tuvieron que usar incluso canoas para visitar los inundados cementerios locales con motivo de la celebración del Día de Difuntos.
Este tifón, con vientos de hasta 185 km por hora, es la tercera tormenta importante que afecta a Luzón, la principal isla filipina, en solo cinco semanas. Las dos tempestades precedentes dejaron un total de más de 1100 muertos.
La tormenta tropical Ketsana, que pasó por Filipinas el 26 de septiembre, ocasionó inundaciones masivas en Manila. Antes de la llegada del tifón Mirinane, ya se había previsto que los distritos vecinos de la capital, que tienen más de un millón de habitantes, probablemente permanecerían inundados hasta Año Nuevo.