James Plaza llegó desde Colombia para ayudar en la zona afectada por el terremoto en Ecuador. Foto: EL COMERCIO
Yo tenía 13 años cuando se registró el terremoto que sacudió Armenia (Quindío) el 25 de enero de 1999, en Colombia. El dolor de la gente y la destrucción de aquella tragedia me despertó la vocación de servicio a la comunidad y me uní a la Cruz Roja. Por eso, no dudé en viajar hasta Pedernales para ayudar a los damnificados por el terremoto que azotó la costa de Ecuador.
Apenas me enteré de lo ocurrido (el 16 de abril pasado) viajé 48 horas por vía terrestre desde Armenia. Para el martes ya estuve en el epicentro de la tragedia, en Pedernales. Fue todo devastador. En un principio viajamos con 11 voluntarios en total, en una buseta.
Conforme avanzábamos se sumaban otras personas en las ciudades colombianas cercanas a Ecuador. Todos querían ayudar.
En total llegamos 76 voluntarios en 16 vehículos. Desde entonces hemos seguido con el trabajo. Primero rescatando personas y ahora estamos inspeccionando las viviendas en el pequeño puerto pesquero de Don Juan, ubicado a 40 minutos de Pedernales y en donde quedaron grietas en la arena tras la emergencia. Soy un enfermero profesional y laboro en la Secretaría de Salud del Municipio de Armenia. Pedí permiso en el trabajo para venir a Ecuador a ayudar. Pero si no me daban autorización igual hubiera viajado para ayudar a los damnificados. Espero quedarme unos 10 días en Pedernales para las tareas de ayuda, pero si es necesario más tiempo seguiré.