‘Sentimos satisfacción y a la vez frustración’

Jorge Montanero, 41 años. Jefe de Rescate, Bomberos de Guayaquil. Foto: Francisco Flores/ EL COMERCIO

Jorge Montanero, 41 años. Jefe de Rescate, Bomberos de Guayaquil. Foto: Francisco Flores/ EL COMERCIO

Jorge Montanero, 41 años. Jefe de Rescate, Bomberos de Guayaquil. Foto: Francisco Flores/ EL COMERCIO

Luego del terremoto estábamos atendiendo las emergencias que se presentaban en Guayaquil cuando a las 21:00 recibí la llamada de un compañero bombero de Manta. Me dijo llorando que su ciudad se había caído en pedazos.

Llegamos cerca de las 03:30 y lo que encontramos fue una pila de piedra y escombros en el Hotel Miami, pero abajo encontramos vida. Había una señora y sus dos hijos atrapados, nos demoramos cerca de dos horas en sacar a las criaturas y a la señora que le había caído una viga.

Cerca de las 08:00 rescatamos a un señor, de 70 años, de entre las piedras. Cuando por fin pudimos descansar, nos sentamos en una esquina y empezamos a ver el dolor de lo que era esto. Cuando de repente vimos a una niña frente a los escombros. Esperaba lo mismo que hicimos con los otros.

La única diferencia es que a quienes esperaba eran sus padres, y estos ya estaban muertos con sus hermanos. Fue el momento más doloroso que pudimos vivir. Sentimos la santificación y alegría, y a la vez la frustración de encontrar partes vivas y partes muertas.

El domingo fuimos a Portoviejo. Rescatamos a una persona viva dentro de un ‘cyber’. En la noche viajamos a Bahía, estábamos sin dormir. Ahí, una mujer estaba en su vivienda y le había caído una pared. En Pedernales fue peor. Todo estaba devastado, mi equipo salvó a una persona.

Para sacar fuerzas, recordaba el 2004 cuando en un incendio me cayó una pared y se me rompió la cadera. Me dijeron que dejara de ser bombero pero mi profesión es salvar vidas y tenía que ir a ayudar a Manabí.

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