El terremoto del 16 de abril se originó en la misma falla que el ocurrido en 1942

Las poblaciones de Rocafuerte Rio Chico, Tomatal, La Chacra, San Eloy y San Clemente, en la provincia de Manabí resultaron gravemente afectadas por el terremoto de 7,8 grados en escala de Richter. Foto: EL COMERCIO

Las poblaciones de Rocafuerte Rio Chico, Tomatal, La Chacra, San Eloy y San Clemente, en la provincia de Manabí resultaron gravemente afectadas por el terremoto de 7,8 grados en escala de Richter. Foto: EL COMERCIO

Las poblaciones de Rocafuerte Rio Chico, Tomatal, La Chacra, San Eloy y San Clemente, en la provincia de Manabí resultaron gravemente afectadas por el terremoto de 7,8 grados en escala de Richter. Foto: EL COMERCIO

Hay similitudes. Los dos terremotos se originaron en el mismo punto, afectaron a las mismas provincias y alcanzaron la misma magnitud: 7.8 grados en la escala de Richter. La diferencia es que el primero ocurrió en 1942 y el segundo hace cinco días, el 16 de abril del 2016.

Gabriela Ponce, jefa de turno del Instituto Geofísico de la Politécnica Nacional, explicó que ambos tuvieron su origen en la misma zona de ruptura, en la misma falla. Se sabe que esta zona se rompió hace 74 años pero en ese tiempo no se tenía los equipos de hoy por lo que no se puede saber si el número de réplicas es similar. Pero si ahora estamos viendo esa cantidad de réplicas es probable que hayan ocurrido lo mismo en el 42, señaló la experta.

El terremoto que golpeó Bahía el 4 de agosto de 1998. Su intensidad fue de 7.2 grados y se originó en la falla de subducción que cruza por todo el perfil costanero baja por Perú, Chile y abarca toda la zona Sudamericana. Pese a que es la misma zona de subducción los sismos son distintos entre los países porque no se originaron en el mismo lugar ni con los mismos ángulos ni con las mismas características.

Sin embargo, ese temblor tuvo una coincidencia con el ocurrido el pasado sábado. Una hora y media antes del terremoto hubo un sismo premonitor, que provocó que la gente salga a las calles. El terremoto de 7.8 pasado también fue antecedido por uno de 5.2, unos minutos antes.

Ponce explica que una de subducción es cuando una placa oceánica se subduce, es decir se introduce, bajo la placa continental. Pero antes de ese movimiento ambas placas están en continua fricción. Llegan a un bloqueo que acumula energía y el momento en el que se supera un límite se produce el movimiento brusco del terremoto. Cuando las placas se rompen ocurre el sismo.

Aun no se conoce cuántos centímetros se movieron las placas en el último terremoto pero se conoce que la ruptura tomó 42 segundos. Para entenderlo mejor, dice la experta, imaginemos un vidrio que se empieza a trizar y termina por romperse. Ese proceso en las placas tomó 42 segundos. Aclara, además, que no es lo mismo que la duración del temblor. La duración del sismo depende de cada zona. Si está más alejada de la zona epicentral las ondas van a durar más por la distancia.

Mario Ruiz, director del Geofísico, explicó que el terremoto fue menor al de Chile, pero mayor al de Haití que fue de 7.1. El de Japón fue de 9.0. La destrucción se debe en primera instancia a que el epicentro estuvo casi bajo los poblados. Una segunda podría ser una inobservancia a la normas de construcción.

Aclara, además, que el epicentro es el punto en la superficie mientras que el hipocentro es la profundidad. El pasado terremoto ocurrió a 20 kilómetros de profundidad, lo mismo que el terremoto del 2 de diciembre de 1979, que alcanzó los 8.1 grados. Se produjeron en la misma falla, pero se movieron elementos diferentes. En ese entonces fue uno que está más al norte, cerca a Colombia. La misma subducción fue también la causante del sismo del 19 enero de 1958, de 7.8 grados.

Ruiz explica que el terremoto pasado no está relacionado con el de Japón ni con el de Chile pese a que están ubicados en el cinturón de fuego. Los sismos en Japón, explica, no se producen en la zona de subducción japonés esa sino dentro de fallas que hay en la isla al sur del país. La realidad de ambos países son muy diferentes.

El experto asegura que no se puede descartar la posibilidad de que ocurra otro sismo de grandes magnitudes, pero la historia nos enseña que es poco probable. Ninguno de los terremotos pasados fueron precedidos por movimientos sísmicos más fuertes.

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