“Eso de la competencia y la concepción de la supervivencia del más apto es una falacia. Estos planteamientos provenían de unos señores desagradables del siglo XIX que vieron bien el planteamiento de Darwin para justificar la situación colonial de aquella época”.
El investigador afirma que la naturaleza no es un campo de batalla en el que todos los seres compiten de forma permanente (compiten el ADN, las células), sino que es algo de una sorprendente complejidad en la que todo es imprescindible para su funcionamiento.
Sandín, cuyos planteamientos son conocidos por la comunidad científica, añade que la evolución implica cambios en la organización del organismo, y eso sólo se puede producir por cambios en el proceso embrionario producidos por reorganizaciones en el genoma. Este investigador dice que es necesario analizar las teorías y someterlas a críticas.
Dice que aprendió a lidiar con quienes se oponen a su pensamiento. “Tengo que agradecer mucho a la universidad en la cual trabajo porque supo aceptar mis estudios. No estamos en un campo personal sino absolutamente científico”.
Comenta que cuando está frente a los estudiantes y les habla de este tema, aprenden a reflexionar, en lugar de aceptarlo todo. “Ellos han tenido problemas con otros profesores que aceptan la teoría de Charles Darwin sin cuestionarse nada, solo porque es considerado un sabio”.