Redacción Sociedad y ANSA, DPA
La pandemia causada por el virus de la gripe AH1N1 a escala mundial y que ya cobró la vida de más de 700 personas ha generado una especie de guerra entre el pequeño David y el gigante Goliat.
El negocio farmacéutico
Mientras que la pandemia global de gripe porcina no encuentra freno, para algunos tampoco parece detenerse el afán de ganancias de los grandes laboratorios que fabrican los fármacos para combatir la enfermedad.
El gigante suizo Roche anunció que sus ventas de Tamiflu, el medicamento usado para combatir el virus AH1N1, aumentaron 203% durante el primer semestre de 2009. Los beneficios obtenidos por el antiviral alcanzaron los USD 937 millones. Roche espera obtener una suma similar hasta fin de año.Todo porque los países desarrollados quieren acaparar la mayor cantidad de vacunas contra el mortal virus y dejar en desventaja a los países de América Latina, donde se registran más de 480 víctimas mortales.
Mientras la vacuna está recién en ensayos en Australia y China y Estados Unidos busca voluntarios para iniciar las pruebas clínicas, países ricos como Gran Bretaña firmaron contratos por 132 millones de dosis de la vacuna pandémica. Francia también ordenó 94 millones de dosis de la vacuna contra la influenza a un costo de casi 1 000 millones de euros (USD 1 400 millones).
Este país europeo tiene una población de 64 millones de personas y cada una requiere dos dosis de la vacuna, por lo que el pedido es suficiente para cubrir casi a tres cuartos de los habitantes.
Las órdenes por 94 millones de dosis fueron hechas a tres compañías farmacéuticas gigantes: Sanofi-Aventis, GlaxoSmith Kline y Novartis. La británica GlaxoSmithKline, por ejemplo, registró 195 millones de pedidos de la vacuna para la nueva gripe A en todo el mundo.
Así lo informó en Londres la empresa, que prevé todavía recibir “pedidos considerables” del medicamento. La entrega de las vacunas será en la segunda mitad del año y a comienzos de 2010.
El director ejecutivo de Glaxo, Andrew Witty, señaló que tienen contactos con 50 países interesados en el medicamento. La compañía tiene previsto asimismo triplicar su producción de medicamento contra la gripe común Relenza a unas 190 millones de dosis anuales.
Alemania, Italia y España también pretenden vacunar al 40% de su población y, sumada la demanda de otros países europeos, se estima que 370 millones de tratamientos -de un total de entre 750 a 1 200 millones de dosis de vacunas que tiene capacidad de fabricar la industria farmacéutica mundial- ya tienen destino.
Ante ello, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) se mostró escéptica respecto de la disponibilidad de vacuna para tratar la gripe A en los países en desarrollo. José Fernando Dora, de OPS, dijo que la gran discusión que se plantea es que los países más ricos quieren disponer de la vacuna para toda su población. Y tal vez no alcancen las primeras producciones para atender a toda la población mundial.
Esto, acompañado de la falta de apoyo gubernamental para combatir el avance del virus, hizo que en Brasil se destape una polémica. El presidente del Sindicato de Médicos de Río de Janeiro, Jorge Darze, calificó de “fascista” y “perversa” la declaración de Margaret Chan, directora de la OMS, sobre que las vacunas contra la gripe A estarán disponibles esencialmente para países ricos “por las fuerzas del mercado y la protección de las patentes”.
Según él, dar como asentado que los países más pobres quedarán excluidos de la vacuna que los puede salvar, es perverso. “La vacuna contra el virus AH1N1 debe ser declarada patrimonio de la humanidad”.