Redacción Esmeraldas
Beatriz Caicedo no se recupera aún del susto que le produjeron las violentas olas del mar, a la 01:45 del miércoles último. Su casa de cemento fue una de las dos que resultaron averiadas por los aguajes que azotaron a la parroquia Tonchigüe, cantón Atacames, ubicada en el sur de Esmeraldas.
Según el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) esta zona fue la más afectada de la provincia de Esmeraldas. A las viviendas dañadas se sumó la destrucción de un muro de geotextil, construido hace ocho años, que protegía el malecón.
“Fue terrible. Me despertó un estruendo, que parecía el estallido de un cilindro de gas. Me levanté y me di cuenta de que el mar arrancó las puertas de mi casa”, relata Caicedo. Con la ayuda de algunos familiares, ayer remendaba la puerta de su vivienda, ubicada a 40 metros de lo que era el malecón.
La mujer, de 45 años, teme que todo su esfuerzo sea en vano, porque la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos anunció que los aguajes continuarán hasta el domingo próximo. Por esa razón, las autoridades de socorro solicitaron a sus voluntarios mantenerse en alerta, especialmente hoy y mañana.
Entre tanto, un par de volquetas del Municipio de Atacames acarreaban piedras hasta el borde del mar. El propósito era levantar un muro provisional. “Esperemos que eso frene el paso de las aguas”, decía Pedro Moreira, vecino.
A pesar de la reacción de las autoridades, el miedo persiste en los vecinos de Tonchigüe, en su mayoría pescadores. Muchos decidieron atar con cabos sus lanchas. Otros las cargaron hasta la calle del malecón o hasta sus casas, para evitar que se destruyan o se pierdan.