¿Y cómo controlar a los taxis?

Ya faltan pocos días para que el acuerdo tarifario entre el Municipio y el gremio de taxis tenga la venia del Concejo. El documento, en estos días, cumple con los trámites legales previos.

De la información a la que se tuvo acceso se conoce que los costos aumentarán, con una carrera mínima de USD 1,45, con incrementos en el arranque, minuto de espera y kilómetro recorrido.

El argumento del gremio es que por más de una década estos valores no han sido revisados; mientras que en la parte oficial se reconoce, por ejemplo, incrementos en los costos de mantenimiento, especialmente con las últimas medidas arancelarias tomadas por el Gobierno Nacional.

Queden como queden estas cifras, hay un componente vinculado directamente con el servicio que no está claro: la garantía de que el usuario tendrá un servicio de calidad.

Por la naturaleza que tienen las carreras (recorridos y horarios), que quede claro este parámetro es vital.

Solo basta consultar a las personas que ocupan unidades, pasadas las 19:00, por la noche, por la madrugada, en feriados o los fines se semana, para constatar el libre albedrío que existe. Hay una realidad innegable: el uso del taxímetro no es norma y, en muchas ocasiones, el conductor escoge la carrera.

Es necesario destacar en este espacio que hay un buen número de taxistas, muchos de ellos propietarios de las unidades, que dan un excelente servicio a los ciudadanos.

Se trata de un escenario tan difuso que establecer niveles, procedimientos o parámetros de control es tarea difícil. No ocurrió esto, por lo menos en teoría, con el servicio de transporte urbano. Para los buses se establecieron 32 ítems para medir el servicio y, además, definir el monto de la compensación económica que recibirá cada unidad.

En el Distrito Metropolitano hay cerca de 14 000 unidades que, en un buen número, están operadas por choferes contratados que deben incrementar los ingresos para recibir un mayor porcentaje.

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