Los suplentes de Liga (Q) bastaron para golear a la ‘Capira’ manabita

Alejandro Ribadeneira.  Quito
alejo@elcomercio.com

LDU (Q)

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LDU (P)El técnico Jorge Fossati salió airoso en una jornada que, en realidad, resultó mucho más sencilla de lo que se hubiera esperado.

En efecto, los dirigidos por el ‘Flaco’ resolvieron el cotejo ante la Universidad de Portoviejo con rapidez y contundencia, golearon 4-0 y se retiraron aplaudidos, con los boletos confirmados para la liguilla final y la Copa Sudamericana. ¡Mejor, imposible! 

Pero no todo pintaba tan bien para Liga. El  estratega   uruguayo debió prescindir de la crema y nata de su plantel (Norberto Araujo, Christian Lara, Ulises de la Cruz, Patricio Urrutia, Enrique Vera, Claudio Bieler…) por diversas razones, y debió  apostar por los suplentes. Liga  saltó  al gramado de la Casa Blanca con seis elementos que no suelen ser  titulares.

La figura
William Araujo fue el conductor de Liga
El volante, suplente habitual, sorprendió porque se dedicó al reparto de pelota antes que a la marca. Fue el autor intelectual de los dos primeros goles de la ‘U’ y fue un socio confiable para los atacantes.
La contrafigura
Lenin Cedeño falló en la cobertura a los rivales   
La  zaga portovejense ayer tuvo un cotejo para el olvido, pero el central Cedeño fue el punto más bajo, pues nunca dio cobertura a su arquero. En los dos últimos goles, los albos cabecearon   en sus barbas.Era un riesgo, pues el rival venía de derrotar a El Nacional en el Atahualpa  y buscaba el triunfo para seguir en pelea por el cupo a la fase final del torneo. Además,  en la primera rueda de la fase, los portovejenses se habían impuesto a los titulares capitalinos en Manabí con claridad y justicia.

Además, caer con la ‘Capira’ hubiera puesto en peligro el acceso de Liga de Quito a la Copa Sudamericana, lo cual siempre genera un poco de presión.

Así, durante los primeros minutos del partido,  los pupilos de Oswaldo Morelli intentaron  la misma táctica que aplicaron   ante los militares: atacar en bloque y replegarse de igual manera, con presión en el medio campo y cortando el juego con faltas.

Todo auguraba, pues, un duelo friccionado, de esos que arrancan bostezos y desgano  por los constantes pitos del juez.

Pero los Araujo (William), Bolaños, Larrea, Calderón y  demás supieron resolver el partido en su favor, con dos golpes durísimos al inicio de cada tiempo, gracias a su aplicación en la cancha y, sobre todo, a su voluntad de demostrar que merecen más minutos.

Liga cambió el destino del cotejo a los 8 minutos, cuando Walter Calderón pescó una pelota que aflojó el golero René Esterillas tras remate de William Araujo.

‘Mamita’ fusiló a Esterillas, quien, a pesar de tener gran  culpa por atajar con guantes enmantequillados, no gozó de la cobertura de sus zagueros centrales.

Con este gol de camerino, Morelli ya no podía apelar a su idea inicial, así que adelantó sus líneas para buscar la igualdad.

Pero los albos no bajaron su ímpetu. Araujo, que vivió ayer  una tarde inspirada, repartía pases como si fuera un 10 nato, que desabrocharon a la zaga manabita.

A los 23 minutos, colocó  un balón que dejó al juvenil albo Miller Bolaños solo ante Esterillas. El mediapunta de Liga, que había sido objeto de una implacable persecución por pate de los marcadores rivales,  anotó a placer.

Los hinchas deben
apoyar al jugador en
lugar de agredirlo.
Jorge Fossati
DT de Liga Deportiva Universitaria de QuitoParte del mérito de la buena labor de Araujo fue de Pedro Larrea, un jugador muy criticado en el pasado   pero que ayer estuvo impecable. No solo que cortó el juego del rival con fuerza y limpieza, sino que se lanzó al ataque y hasta hilvanó jugadas de lujo con sus compañeros.

Para el segundo tiempo, Morelli efectuó cambios para recomponer su esquema defensivo. Pero todo se derrumbó a los cinco minutos de reiniciado el encuentro, cuando el zaguero paraguayo-ecuatoriano Carlos Espínola, otro de los suplentes del local, anotó de cabeza el tercer tanto  tras tiro de esquina de Bolaños. 

El cotejo, desde el punto de vista competitivo, estaba muerto, pues Liga de  Portoviejo  carecía  argumentos para empatar. No obstante, Morelli no quiso darse por derrotado e hizo ingresar al ariete  Manuel Cotera,  quien entró para hacer ejercicio nomás, pues todo estaba consumado.

En cambio, Liga de Quito era una fiesta en la cancha y en las gradas, las cuales apenas recibieron a 6 000 aficionados. Los jugadores empezaron a jugar para el público. Y, pese a lo relajado del asunto, Calderón anotó la cuarta, a los 79 minutos, tras centro de Néicer Reasco, aunque la jugada tuvo 10 toques anteriores. Un postre para un buen almuerzo.

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