Johannesburgo. DPA
La pasión y los problemas de Sudáfrica se reflejarán dentro de un año en el Mundial de 2010, uno de los más riesgosos y atractivos de toda la historia del fútbol.
¿Puede Sudáfrica organizar el Mundial? Sí. ¿Será un Mundial perfecto? No. Sudáfrica 2010 será un Mundial muy distinto a los anteriores. Aquellos aficionados que hayan estado en Alemania 2006 deberán olvidarse de trenes puntuales, las ciudades bien equipadas, los taxis confortables y la amplia oferta de hoteles.
Deberán ir pensando, en cambio, en viajes por carretera en coche o autobús, ciudades a veces escasas de restaurantes, taxis inseguros y hoteles escasos.
Algunos partidos de la Copa de las Confederaciones dieron lugar a escenas caóticas, los transportes de minibús funcionaron muy mal y por ello ciertos espectadores llegaron tarde al pitazo inicial de algunos partidos.
Sin embargo, la Copa de las Confederaciones que terminó ayer demostró que ciertos temores eran infundados, en parte porque la FIFA sometió a Sudáfrica a controles y a monitoreos sobre el terreno que ninguna otra sede reciente sufrió, y en parte porque la pasión de los sudafricanos, su amor por el fútbol y sus sonoras vuvuzelas compensarán algunas de las incomodidades.
Uno de esos problemas era la inseguridad. Aunque las delegaciones de Brasil y Egipto reportaron robos en sus propios hoteles, la sensación general fue de tranquilidad. Esa prueba fue superada.
“El Mundial podría comenzar mañana”, exageró el ministro de la Policía, Nathi Mthethwa. “Aún hay cosas que mejorar”, admitió en cambio el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, de cara al desafío que afrontará Sudáfrica del 11 de junio al 11 de julio de 2010.
Entre esas cosas por mejorar figura la asistencia a los estadios. Pese a que la FIFA regaló 70 000 entradas, varios partidos se jugaron en escenarios a la mitad de su capacidad. Que las entradas más baratas costaran USD 10 puede explicar la sorpresa de estadios semivacíos en un país donde el fútbol es una pasión total entre la población negra, que representa el 85% del total.
Pero el 48% de la población gana menos de 800 rands (USD 100) al mes, por lo que un cotejo del Mundial es un lujo.
Además de este problema, el esfuerzo está puesto en la falta de infraestructura adecuada y la escasez de hoteles en condiciones, con un fuerte programa de obras que se espera que genere 500 000 puestos de trabajo.
Justamente ayer se anunció que la construcción del estadio Soccer City en Soweto avanza según el cronograma. Se trata de una gran obra donde el 11 de julio de 2010 será coronado el próximo campeón del mundo, que requiere un gasto de USD 378 millones, algo que ha generado protestas por su elevado costo.