El número de subempleados subió en 438 354, en un año

La actividad informal es el sustento de miles de familias en el sector conocido como la Bahía, en Guayaquil. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

La actividad informal es el sustento de miles de familias en el sector conocido como la Bahía, en Guayaquil. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

La actividad informal es el sustento de miles de familias en el sector conocido como la Bahía, en Guayaquil. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

La tasa de subempleo en Ecuador subió más de ­cuatro puntos en un año. El mes pasado se ubicó en el 19,4% y en septiembre del año pasado estuvo en 14,8%, según datos publicados el lunes de esta semana por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

La entidad define a los subempleados como aquellas personas ocupadas que reciben ingresos inferiores al salario básico y/o trabajaron menos de la jornada legal, pero tienen el deseo y disponibilidad de trabajar más.

El número de trabajadores en esta categoría subió en
438 354 en un año. Guayaquil y Ambato lideran la tasa de subempleo. En la primera, el indicador subió de 13,9 a 19,9% y en la segunda, del 12 a 18%.

Alberto Acosta Burneo, editor de la publicación Análisis Semanal, sostuvo que la recesión económica redujo las ventas de las empresas, las cuales se vieron obligadas a bajar costos, especialmente en el área laboral. “Esa gente, que ha salido de un trabajo estable, es la que ha engrosado el subempleo y la informalidad”.

En la Bahía de Guayaquil es común ver vendedores informales. Allí, desde jóvenes hasta adultos mayores ofrecen variedad de productos para ganarse la vida. Uno de ellos es Hugo Ramos, de 39 años, quien trabaja vendiendo camisas para mantener a su familia.

Ramos trabajó hasta abril pasado en una compañía como guardia de seguridad. Llevaba laborando en esa empresa 12 años, pero salió tras un ajuste de personal. Dice que no podía quedarse sin hacer nada y, por este motivo, ahora es comerciante, aunque informal.

“No hay trabajo. He visitado varias compañías, pero no hay vacantes”, dice, con pesar.

Jorge Torres, de 25 años, trabaja de 13:00 a 18:00 vendiendo ventiladores, en un local de la Bahía. Cuenta que solo con­siguió un trabajo de medio tiempo, aunque le gustaría trabajar más horas, pero no encuentra empleo. Recibe USD 200 al mes.

“El país vive una recesión económica desde octubre del año pasado y en Ambato las ventas disminuyeron en un 30 y 40%. Eso provocó que las empresas despidieran a una parte del personal”, indicó el presidente del Colegio de Economistas de Tungurahua, Rafael Medina. Ambato es la segunda ciudad donde más creció el subempleo y la segunda con mayor desempleo en septiembre pasado.

Roberto Valencia, coordinador de la Bolsa de Empleo que funciona desde el 2015 en la Facultad de Contabilidad y Auditoría de la Universidad Técnica de Ambato (UTA), dijo que de enero a septiembre del año pasado se logró ubicar a 25 personas en empresas e industrias de esa ciudad.

Pero a partir de octubre del año pasado la colocación ha caído. Hasta la actualidad únicamente ocho especialistas en Economía, Ingeniería en Finanzas y Contabilidad de esa Facultad fueron contratados.

José Rosero, director ejecutivo del INEC, reconoció ayer, en rueda de prensa, que el indicador de subempleo ha crecido, por ejemplo, en ciudades como Ambato. Y que es un patrón que se observa también en otras ciudades del país.

El ministro de Trabajo, Leonardo Berrezueta, que también estuvo en la rueda de prensa, sostuvo que es necesario revisar la coyuntura del país para analizar las cifras.

“Pese a que no se recibió ni un solo dólar por el petróleo y las monedas de Colombia y Perú se devaluaron, las cifras se mantuvieron estables”. Destacó que hay 22 500 beneficiarios del seguro de empleo, 7 000 personas se acogieron a la jornada laboral reducida y unas 6 039 personas se afiliaron al IESS en agosto pasado, frente a julio. “Estas son muestras de que el país se recupera”.

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