Presentación de Kiss en el parque Bicentenario, en Quito, ayer 12 de abril. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
A los moradores de los sectores aledaños del parque Bicentenario no les afectó la amplificación del concierto de Kiss, que se realizó anoche en Quito.
La mañana de hoy lunes 13 de abril del 2015 este Diario dialogó con los vecinos del barrio Bakker, ubicado al oriente del espacio verde que antes operaba como aeropuerto de Quito.
“Casi ni se escuchó el concierto. Solo al final se oyeron los juegos pirotécnicos, un poco. Más bien el ruido del anterior aeropuerto nos hacía daño”, dijo Álvaro Muñoz, que vive en ese sector del norte de Quito desde hace 44 años. Lo mismo opinó María del Carmen Paredes. “Salí a ver los juegos pirotécnicos porque eran bonitos y diferentes”, contó Juan Páez, quien destacó que ese fue el elemento final del show de la banda de rock.
La pirotecnia sorprendió a Teresa de Salvador, vecina de San Fernando, barrio ubicado en las inmediaciones de la av. Mariscal Sucre, hacia el occidente del parque Bicentenario. Ella relató que estaba dormida y que se despertó únicamente cuando explotaron los fuegos artificiales.
En las viviendas de los alrededores del sector de El Labrador, al sur del Bicentenario, tampoco hubo mayor repercusión con el sonido de la banda neoyorquina. El 18 de marzo del 2014, los vecinos de este sector reportaron problemas de ruido por el concierto de Metallica. Ese show abrió una secuencia de grandes eventos musicales internacionales en el parque, desde la apertura del espacio al público, después del cierre de la terminal aérea en febrero del 2013.
En el show de Metallica el escenario tuvo los parlantes en dirección norte-sur. Para ayer, el escenario de Kiss fue montado de occidente a oriente, junto a la antigua zona de mangas para el embarque del desaparecido aeródromo.
Paulina Godoy tiene su casa en la calle Isaac de Albéniz, al suroriente del parque, y dijo que esta vez casi no se escuchó el concierto de Kiss. En el edificio donde vive Lourdes González “no se sintió el show”. A ratos, en la casa de Santiago Arellano las ventanas vibraron. “A mí no me afectó, pero si a una persona le pasa lo mismo, posiblemente sí le moleste”, dijo.
Los moradores de El Inca sintieron los juegos artificiales. “Yo jugué vóley en la calle Los Nogales y California y no retumbó la música de los rockeros. Los juegos pirotécnicos sí se escucharon”, contó Álvaro Lincango. En la misma zona funciona la tienda de Julia Paredes: “Casi no sonaban las canciones. Solamente la pirotecnia nos llamó la atención. Más bien lo de Metallica tuvo más fuerza”.
Cristian Rivera, director del COE Metropolitano, señaló que en el concierto de anoche se respetaron los estándares de control del sonido. “Se hicieron pruebas de sonido para tener (una buena) convivencia con los vecinos. Incluso hubo una malla que permitió tener el control acústico del show. Este implemento fue colocado alrededor de la tarima”, dijo.
El señor Juan Páez vive cerca del parque Bicentenario y disfrutó de los juegos pirotécnicos del concierto desde su hogar.