Retos globales, soluciones globales, fue el título de la conferencia que dictó el 14 de abril Dominique Strauss-Kahn, director gerente del FMI, en la Universidad de George Washington. Al inicio de su charla manifestó que la crisis financiera de fines del 2008 afectó la economía global causando momentos difíciles y sufrimiento en diferentes partes del mundo. A continuación mantuvo que la crisis devastó además los fundamentos intelectuales del orden económico global que prevalecieron por más de 25 años. Se refería al llamado “Consenso de Washington” que estableció diez principios para dejar atrás la crisis ocasionada por la deuda externa en los países en desarrollo. El Consenso de Washington mantenía que las privatizaciones y la desregulación de la economía provocaría crecimiento y prosperidad. La apertura económica aprovecharía lo mejor de la economía global en donde todas los países se beneficiarían por igual. Según el Director del FMI todos estos principios se vinieron abajo con la crisis, por lo tanto, el Consenso de Washington según su criterio ha quedado atrás , y por lo tanto, la tarea es reconstruir los fundamentos de la estabilidad, para hacer que la nueva fase de la globalización beneficie a todos por igual. En este sentido planteó la necesidad de nuevos enfoques en tres áreas importantes: en las políticas económicas; en un nuevo diseño estratégico para lograr la cohesión social; la cooperación y el multilateralismo. Con relación a la política macroeconómica, plantea que la política monetaria debe ir más allá de la estabilidad de precios y el crecimiento y mirar más a la estabilidad financiera y así evitar las burbujas en los precios de los activos, expansión del crédito y déficits en la cuenta corriente. El sector financiero necesita una mejor regulación y control. Con relación a la política fiscal en donde el Consenso de Washington mantenía la necesidad de guardar los equilibrios, según su criterio la misma demostró su fortaleza en la crisis cuando la política monetaria se volvió inefectiva. Por lo cual hay que repensar el rol que debe desempeñar la política fiscal en el rediseño de la política económica. En lo relativo a la inclusión social, abogó por la reducción de las desigualdades, diciendo que si bien el libre comercio está asociado con una menor desigualdad, la globalización financiera la aumenta. Concluyó que a largo plazo un crecimiento sostenible está asociado con una mayor igualdad en la distribución. Finalmente mantuvo que las entidades multilaterales como foros de cooperación global serán más relevantes. Estas reflexiones generarán debates que enriquecerán la literatura sobre temas como la gobernabilidad y las políticas económicas, sociales, y exteriores requeridas en un mundo integrado.