En la zona de Los Granados y Eloy Alfaro se observa maquinaria pesada que trabaja en la obra que terminará en julio. Foto: Julio Estrella/EL COMERCIO
Dos soluciones viales hay para descongestionar el tránsito en el sector comprendido entre las avs. De los Granados, 6 de Diciembre, Eloy Alfaro y la Simón Bolívar: un paso deprimido y un intercambiador.
Desde el redondel de El Ciclista hacia el cementerio Monte Olivo, el promedio de circulación era de 43 700 vehículos por día en ambos sentidos, según la Secretaría de Movilidad, con datos de noviembre y diciembre del 2014. Está por determinarse la carga vehicular que se generará.
Por lo congestionado de la zona, tres ciudadanos, consultados por este Diario, que usan las avs. Simón Bolívar y De los Granados, están a la expectativa. No tienen claro cómo quedará la obra. Pero, admiten que hay mucho tráfico en el lugar.
Hugo Pichera utiliza bicicleta para movilizarse y trabaja en la zona. “Aún no sabemos cómo quedará. Por ahora parece un paso directo hacia la parroquia Nayón. Habrá que esperar”.
Elizabeth Torres, de Motor House, un patio de autos, confirma que el paso por el redondel era y sigue siendo complicado. “Había choques, en la noche en especial”. Pero se queja porque su local queda oculto tras las señalizaciones de la constructora.
La primera obra, a cargo del Municipio, es el intercambiador de la Eloy Alfaro y Granados; está anunciado para mediados de año. La segunda es resultado de una iniciativa privada. Se trata de un paso deprimido que reemplazará al redondel de El Ciclista. Se construye entre la Simón Bolívar y la vía a Nayón.
La estructura es parte del proyecto urbanístico arquitectónico Eko Park- Udla. Concluirá tentativamente en julio, es financiado y ejecutado por la Udla y Referencecorp.
Esta última es una sociedad comercial sin relación con la Universidad de las Américas (Udla). La empresa levanta un centro de negocios en el terreno colindante. El costo del paso deprimido asciende a USD 8 millones y no cuenta con inversión municipal, detalló el rector Carlos Larreátegui.
Esta es una de las intervenciones del sector privado en lo público. Algo similar ocurrió con la construcción del intercambiador Las Bañistas- Auqui Primavera, en Cumbayá. Y con el bulevar de las Naciones Unidas, levantado con recursos de los centros comerciales Iñaquito y Quicentro, en el norte.
Según el arquitecto Hernán Orbea esta, como otras, es una solución parcial, que intenta resolver el problema de tráfico causado por un evento programado. En este caso la construcción de un complejo de oficinas denominado Eko Park.
Orbea considera que se debiera pensar en obras complementarias. Una: mejorar rutas alternativas como la calle Azucenas, que sube a Monteserrín y que tiene restricciones y que pudiera ser enlace de la extensión hacia la Eloy Alfaro.
La gerente del proyectoEko Park- Udla, Cristina Moshenek, anotó que el paso deprimido mejorará la circulación de los autos que salen desde Quito hacia los valles. También de los que utilizan la vía a Nayón y que aprovechan su ampliación.
El rector Larreátegui comentó que ya es posible notar algunos beneficios, ya que la zona del redondel fluye con más rapidez. ¿Por qué? Por la apertura de un carril adicional construido sobre los terrenos de la Udla. “Cuando el paso deprimido esté concluido, el flujo vehicular tendrá unos conductos de desfogue eficaces”.
Según los estudios realizados para el intercambiador y para el paso deprimido, los moradores de Cumbayá, Tumbaco y Los Chillos; quienes vienen desde el sur y transitan por la avenida Simón Bolívar; los usuarios del aeropuerto y de la Ruta Viva; los residentes de Monteserrín, Campo Alegre y otros barrios del nororiente de Quito.