Un hombre sostiene una pancarta con la imagen del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, al lado de otro manifestante sostiene un cartel que en gallego “Estoy harto de tantos ladrones”. Foto: AFP
Los socialistas resistieron y el Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy se hundió en los comicios celebrados en la región española de Andalucía (sur), primer examen de un año electoral histórico en el que Podemos entró en el Parlamento regional consolidándose como tercera fuerza.
El PP fue castigado por los votantes tras tres años al frente del gobierno español, marcados por los recortes frente a la crisis, mientras el Partido Socialista (PSOE) repitió el resultado obtenido en las elecciones andaluzas de 2012, quedándose a ocho escaños de la mayoría absoluta. “Es una victoria histórica e indiscutible que me llena de satisfacción y también de responsabilidad”, dijo desde Sevilla Susana Díaz, jefa del Ejecutivo regional, quien fue arropada por los gritos de “presidenta, presidenta”.
La candidata socialista, de 40 años y embarazada de cinco meses, adelantó en enero los comicios previstos para 2016 en la región. En medio de una crisis sin precedentes en el PSOE a nivel nacional, su victoria confirma su liderazgo, dos años después de tomar las riendas del gobierno regional tras la dimisión de su antecesor, José Antonio Griñán. Con 47 diputados, de los 109 que conforman el Parlamento andaluz, y con el 35 por ciento del apoyo del electorado, el PSOE tendrá que pactar previsiblemente con otras fuerzas políticas si quiere gobernar con estabilidad. El PP obtuvo 14 escaños menos, en un desplome sin precedentes.
Con 33 diputados frente a los 50 que tenía hasta ahora, y el 26 por ciento de los votos, el partido de Rajoy fue uno de las más perjudicadas en Andalucía por la entrada de dos nuevas fuerzas en el Parlamento regional, que en conjunto cosecharon el 24 por ciento. Una de ellas es Podemos, partido considerado “hermano” del griego Syriza, que irrumpe con fuerza un año después de su nacimiento. En su primera reválida en las urnas tras el éxito en las elecciones europeas del pasado mayo, obtuvo 15 diputados, algo menos de los esperados (15 por ciento de los votos).
Por detrás se sitúa Ciudadanos, otro de los partidos emergentes que, con nueve escaños (nueve por ciento), supera con nota su primera concurrencia a estos comicios regionales. Izquierda Unida (IU), socio de gobierno del PSOE hasta hace dos meses, pasa de tercera a quinta fuerza y pierde más de la mitad de los diputados obtenidos hace tres años, pasando de 12 a cinco. La ruptura de ese pacto de gobierno, alegando razones de estabilidad, fue lo que llevó a Díaz a adelantar los comicios.
Algunos vieron en el anticipo una maniobra de la jefa del gobierno andaluz para saltar a la política nacional dentro de un partido en crisis que no remonta desde la derrota sufrida en las elecciones generales de 2011, frente al PP de Rajoy.
Andalucía es una isla en el PSOE, que gobierna la región de forma ininterrumpida desde hace más de 30 años. El resultado obtenido por Díaz la convierte en una de las dirigentes más fuertes de la formación, que en julio celebrará elecciones primarias para elegir al candidato a la presidencia del gobierno. Las elecciones de Andalucía marcan el inicio de un intenso “maratón” electoral en España, donde se celebrarán comicios municipales y autonómicos en mayo, regionales en septiembre en la región de Cataluña, y generales a final de año. La entrada de Podemos y Ciudadanos alteraron ya el mapa político en Andalucía. Está por ver cómo afectará a los grandes partidos en las próximas citas electorales.