Redacción Judicial
La autopista de la muerte. Ese es el nombre con el que Blanca Campoverde se refiere a la arteria que une a Quito con Papallacta.
La razón: allí perdió a su hija, de 24 años, en 2009. El bus de transporte interprovincial en el que viajaba, desde Tena a Quito, cayó a un abismo, cerca del sector de La Virgen. Otras siete personas también fallecieron.
Cómo manejar en la vía
Antes de conducir verifique que las llantas tengan el labrado adecuado y que el sistema de frenos funcione correctamente.
Maneje a velocidad reducida (entre 60 y 80 km/h) y mantenga una distancia de al menos cinco metros en relación a los otros vehículos que transitan.
La velocidad adecuada para entrar a una curva cerrada debe ser de tal forma que no haya necesidad de presionar el freno durante todo el giro.
Descanse ocho horas antes de realizar un viaje largo por esa vía. Si tiene sueño oríllese y duerma con las luces prendidas.El accidente consta en la lista de los 20 más graves de la última década que fueron registrados por la Subdirección de Investigación de Accidentes de Tránsito (SIAT).
Wilson Pavón, jefe del SIAT, asegura que hay tres sectores considerados de mayor riesgo en esa vía. La Virginia (Paluguillo), La Virgen y La Laguna.
En este último sector, el 6 de enero pasado se produjo otro accidente. Un camión que venía desde Guayaquil con una carga de hierro se volcó. Tres pasajeros murieron de contado y otro falleció en una casa de salud. Todos pertenecían a la misma familia.
La Policía aún no determina la causa del accidente, pues la investigación está en curso. Sin embargo, se presume que hubo una pérdida de pista, posiblemente por exceso de velocidad. El camión chocó con un montículo de tierra y se viró violentamente.
La Unidad de Investigación de Accidentes en la Provincia de Pichincha, del SIAT, estableció que la principal causa de accidentes, en los 20 casos más graves, es la invasión del carril de circulación, con un 35% .
Le sigue el exceso de velocidad (25%), la pérdida de control del vehículo por cristalización de zapatas (20%) y la desatención de conductores (20%).
“Es importante que los conductores descansen lo suficiente para que no se queden dormidos y no se distraigan manipulado los radios, fumando o hablando por teléfono celular”, refiere Pavón.
Los conductores coinciden en que el trazado de la vía también es un detonante para que ocurran accidentes. “Las curvas son demasiado cerradas y uno tiene que pegarse al carril contrario para poder tomarlas de forma adecuada”, dice Jaime Vélez, taxista de Quito. “Si no se tienen los nervios bien puestos se puede chocar con los carros que circulan en sentido contrario. Por la noche o madrugada, la situación se agrava porque hay neblina”.
Además, la vía está en medio de elevaciones montañosas y peñas pronunciadas. “El bus en el que iba mi hija, precisamente se salió de la vía y cayó a una quebrada de 80 metros”, recuerda Blanca Campoverde. “Un sobreviviente me dijo que el conductor se durmió y que por eso se cayeron”.
El SIAT asegura que los buses de transporte interprovincial ocupan el tercer lugar en la lista de mayores accidentes en esa vía. Primero están los camiones y luego los vehículos particulares.
“Pero los de los buses son los más graves, porque normalmente llevan pasajeros y se pierden muchas vidas”, comenta Pavón.
El viernes, en un recorrido, este Diario constató que pese a los riesgos de esta arteria, muchos conductores la transitan con imprudencia.
En el kilómetro 21, por ejemplo, la calzada tiene una doble línea de color amarillo, que indica que es prohibido rebasar. Pese a ello, un camión y un tráiler lo hicieron en una curva cerrada. Luego, ambos aceleraron como si se tratara de una competencia.
Se aproximaron a las vallas amarillas que están a un costado de la vía rozando. Esas estructuras de hierro están dobladas por impactos anteriores de vehículos. “El bus en el que iba mi hija chocó contra una de esas vallas antes de caer al abismo, pero por la gran velocidad que tenía las atravesó”, se lamenta Campoverde.