El estado de sitio rige en Honduras

Tegucigalpa, Ciudad de Panamá. AFP, Reuters, DPA y ANSA

Toque de queda, estado de sitio encubierto, represión militar, denuncias de violaciones de los derechos humanos y cortes de luz. Esas son las medidas que han impuesto las nuevas autoridades instaladas en Tegucigalpa, tras derrocar al presidente Manuel Zelaya.

Los defensores de derechos humanos de dentro y fuera del país alzan su voz por el deterioro de las libertades fundamentales, que se agravó con la adopción por el Congreso de una norma que permite mantener detenidas a las personas por más de 24 horas y suspendió garantías constitucionales. Entre ellas, la libertad de asociación y reunión, y el derecho a la libre circulación durante el período de toque de queda, que fue  prolongado hasta hoy.

Organismos como Human Rights Watch y la Oficina Latinoamericana de Washington condenan.

Las nuevas autoridades también han amordazado a la prensa. Varias cadenas nacionales de TV fueron silenciadas, así como las internacionales CNN y Telesur, y se ha utilizado el corte del suministro eléctrico como forma de impedir la emisión de radios, como Radio Progreso, en  Yoro.

En medio del deterioro de las libertades  fundamentales, las protestas a favor y en contra de Zelaya se avivaron ayer en la dividida Honduras. Miles de personas salieron a las calles de las dos principales ciudades.

Una multitudinaria marcha para exigir el retorno de Zelaya recorrió en la mañana las calles de Tegucigalpa, desde el obelisco ubicado cerca de la sede del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas hasta la delegación local de la ONU. Los participantes gritaban consignas como “Queremos a Mel” y “El pueblo ‘arrecho’ exige su derecho”.

En cambio, “Defendemos nuestra Constitución”, “OEA, queremos democracia, no a Chávez”, decían carteles en San Pedro Sula, según imágenes de canales afines al gobierno interino de Roberto Micheletti, quien se mostró ayer partidario de adelantar las elecciones presidenciales programadas para el 29 de noviembre.

Por su lado, Zelaya ratificó ayer en Ciudad de Panamá que mañana retornará a su país para asumir nuevamente la Presidencia. Además, confirmó que viajará acompañado por los presidentes de Argentina, Cristina Fernández, y de Ecuador, Rafael Correa.

Al respecto, Micheletti responsabilizó a Fernández de Kirchner, y a Correa de lo que pudiera ocurrir en el país al regreso de Zelaya.

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, por su parte, dijo que está haciendo esfuerzos por evitar un “baño de sangre” en Honduras, pero negó el intervencionismo de su gobierno antes y después del golpe de Estado.

De otro lado, el presidente de El Salvador, Mauricio Funes, recibió ayer Manuel Zelaya, quien se trasladó desde Panamá. Miles de personas lo saludaron a su paso en varios sectores de San Salvador.

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