Estudiantes del Colegió Mejía no pudieron entrar ayer a clases, como era el plan. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Ya empieza a ser costumbre para los residentes de Quito sorprenderse con los temblores. El domingo, a las 19:22, ocurrió un nuevo sismo que asustó a los ciudadanos de la capital y las poblaciones vecinas, y que fue tema de conversación ayer.
Como explican los científicos recurrentemente, estos sismos tienen su origen en el sistema de fallas sobre el que se asienta Quito. Gabriela Ponce, jefa de turno del Área de Sismología del Instituto Geofísico de la Politécnica, explica que el grupo de fallas tiene una longitud de 60 kilómetros.
No hay una zona más vulnerable que otra, dice Ponce. El movimiento puede ocurrir en cualquier punto de la capital, ya que Quito se encuentra en una cuenca, forma que tiende a amplificar las ondas.
La falla que ha ocasionado los dos últimos sismos (el anterior fue el 8 de agosto) tiene un componente “inverso”. Esto quiere decir que ambos bloques realizan un proceso de compresión y uno de ellos se va por encima del otro: en ese momento se produce el movimiento de la tierra.
La relación con los cambios de clima no es una hipótesis comprobada científicamente. “Se ha dicho que siempre en agosto ocurren este tipo de eventos, pero por ahora podríamos llamarlo una simple coincidencia”, sostiene Ponce, al comentar los rumores en redes sociales que hablaban del sol canicular del domingo seguido de lluvia y niebla.
La falla actualmente se está moviendo pero no se puede predecir cuándo se producirá un siguiente temblor o qué tan fuerte será. No descarta que la energía que liberó el terremoto del 16 de abril esté relacionada con este tipo de sismos.
Todo el país es vulnerable a fenómenos naturales, dice Ponce, por lo que las personas deben aprender a reaccionar en estos casos y estar preparadas para esta emergencia.
Balance de estropicios
Luego de la acción de las autoridades durante la noche del domingo, los balances de ayer no se modificaron sustancialmente. Solo hubo seis personas heridas: tres que resultaron golpeadas tras el deslizamiento del cielo raso de la iglesia de Chimbacalle, otras tres personas en el Cibercafé de la Ferroviaria y una sexta persona que cayó en el sector de Guamaní. “Todos fueron atendidos y están estables”, según el último reporte del alcalde Mauricio Rodas.
Los estropicios, por fortuna, no fueron de consideración en el campo de los bienes patrimoniales. Hasta el cierre de la presente edición el Instituto Metropolitano de Patrimonio no había elaborado alguna lista de daños. El personal se había desplegado para hacer evaluaciones de cada lugar para luego ofrecer una conclusión.
Mientras tanto, el Centro de Operaciones de Emergencia Metropolitano (COE-M) informó que en el sector de La Mariscal, norte de Quito, se inspeccionaron cuatro casas consideradas antiguas. En las calles Pedro Valdivia y Jorge Washington, varios pedazos de mampostería se desprendieron de un segundo piso.
Según Christian Rivera, director del Centro de Operaciones de Emergencia Metropolitano, 65 inmuebles han sido inspeccionados hasta el cierre de la presente edición en Chimbacalle, La Ferroviaria y La Mariscal y también en el sector del Itchimbía.
Finalmente, una veintena de establecimientos educativos no iniciaron clases ayer como se tenía previsto. Esta suspensión fue por precaución, hasta hacer una evaluación del estado de sus estructuras.
Los planteles que no empezaron clases hoy son aquellos que presentaron afectación nivel medio y alta en el sismo del pasado 8 de agosto. Entre esas instituciones está el tradicional Colegio Mejía, al que de todos modos llegaron alumnos y padres de familia.
Los otros planteles fueron: 14 de Abril, 24 de Julio, Magdalena Cabezas de Durán, Tres de Noviembre, Instituto de Educación Especial del Norte, Darío Guevara M., Pichincha, Rafael Larrea Andrade, José Peralta, Rosario González de Murillo, Capitán Alfonso Arroyo Aguirre, Antonio Nariño, Celiano Monge, Abdón Calderón, Luis Enrique Raza Bolaños, Caminos del Inca, Alangasí, Leonardo Maldonado, Antonio Gil.
En contexto
Un sismo de 4.6 grados de magnitud en la escala abierta de Richter sacudió a Quito la noche del domingo. El epicentro fue en una zona cercana a Puembo, donde el pasado 8 de agosto se originó otro temblor. Esta vez, los heridos son seis, todos leves.