La Policía de Colombia capturó el jueves a los responsables de la muerte de 3 agentes. Foto: AFP
Una rosa roja y una bandera de la Fiscalía de Colombia fueron colocadas en los féretros de los tres técnicos que fueron asesinados por los disidentes de las FARC.
Familiares de Douglas Guerrero, Willington Montenegro y Alfonso Montenegro aún se preguntan cómo sucedió el asesinato, el miércoles pasado, y quiénes son los culpables.
Todas las investigaciones apuntan a que el crimen fue perpetrado por el grupo armado Óliver Sinisterra, encabezado por alias ‘Guacho’. Los reportes de Ejército colombiano señalan que la emboscada de los tres técnicos se produjo en la carretera que conecta a Pasto con Tumaco. El sector exacto es La Guayacana, uno de los puntos con más injerencia de los irregulares. De hecho, organizaciones como Fundación Paz y Reconciliación de Colombia, han revelado que La Guayacana es una de las zonas con alta densidad de cultivos de coca y en las que el grupo de ‘Guacho’ tiene sus principales bases de operaciones.
Pero los reportes no solo muestran la injerencia de ‘Guacho’ en esa zona. Investigaciones de la Fiscalía señalan que existen más grupos irregulares que han montado vigilancia en la carretera Pasto-Tumaco. La vía, de 277 kilómetros y que limita con Ecuador, se ha convertido en uno de los principales canales de armados.
Mapas, levantados con datos del Ejército colombiano indican que en todo el trayecto existen zonas con presencia de siete agrupaciones armadas: Clan del Golfo, Guerrillas Unidas del Pacífico, Gente de Orden, La Empresa, Resistencia Campesina, disidencias (Frente Óliver Sinisterra) y la guerrilla del ELN.
Las poblaciones que están asentadas en la vía conocen del paso de los disidentes. En las paredes de los pueblos colombianos los irregulares han escrito frase como estas: “FARC presente”, “muerte a los sapos” y “prohibido salir de las casas después de las 20:00”.
Una de las poblaciones que ha sufrido estas amenazas es Ricaurte. EL COMERCIO llegó a esa población colombiana en septiembre del 2017. En ese entonces, sus principales autoridades ya advertían que los armados estaban retomando el control de las zonas. Incluso conocían que los disidentes luchaban contra el ELN.
Diez meses después de esas declaraciones, los medios colombianos han difundido información sobre un supuesto plan que tendrían los disidentes para reorganizar a las FARC. En ese proyecto estarían al menos 29 estructuras criminales, entre ellas el grupo armado de alias ‘Guacho’.
Un informe de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), publicada en abril pasado, revela que en Colombia existen unos 1 200 insurgentes que no se acogieron al proceso de paz. Ellos han montado agrupaciones delictivas que se dedican al narcotráfico y a la minería ilegal.
Los datos de la FIP señalan que en la frontera con Ecuador las disidencias están integradas por excombatientes de los frentes 1, 7, 14, 15, 16, 27, 40, 48, 62, 63 y la Columna móvil Daniel Aldana de las FARC. Ellos han realizado 147 acciones criminales, cuya violencia se incrementó desde febrero.
Por eso, el Ejército colombiano ha desplegado más de 10 000 hombres en Nariño. La idea es evitar más ataques en contra de las poblaciones. Además, se busca capturar a los culpables del asesinato de los tres técnicos de la Fiscalía.