La Sierra centro del Ecuador se prepara para las lluvias
En Cumandá (Chimborazo) se evalúa la situación del sitio La Isla, proclive a inundaciones. Foto: Glenda Giacometti /EL COMERCIO
Los municipios y prefecturas de Cotopaxi, Tungurahua, Chimborazo y Bolívar realizan trabajos preventivos para mitigar los posibles impactos de la época lluviosa, que se prolongará hasta abril del 2018.
El dragado de los ríos, capacitación en temas de riesgo, construcción de muros de gaviones y puentes carrozables en caminos alternos son algunas de las obras que se realizan.
En Cotopaxi, los sectores más vulnerables a deslaves están en los cantones La Maná, Sigchos, Pangua y la parte baja de Pujilí, según la Secretaría de Gestión de Riesgos. En Tungurahua está una zona de Baños y Patate; en Chimborazo se ubican la parte baja de Alausí, Pallatanga y Cumandá; y en Bolívar están Echeandía, Caluma, Las Naves y Guaranda.
En el informe de Riesgos se indica que al menos 37 835 personas son afectadas directamente de una población de 189 000 habitantes, asentados en zonas vulnerables.
En la pasada época de lluvias, por ejemplo, Echeandía (Bolívar) fue afectada por el desbordamiento de los ríos Chazo Juan y Soloma, que destruyeron viviendas y un puente.
En ese lugar se realizó el dragado de los afluentes y se restituyó el puente con apoyo de la Prefectura y se emprendió una campaña de capacitación sobre inundaciones y deslaves.
Mariano Muñoz, jefe de la Unidad de Riesgos, indicó que a las ocho familias que vivían en riesgo les dieron un terreno para que construyan casas nuevas. Aunque regresan a sus fincas a trabajar, se les permitió que ingresaran en las mañanas y retornaran en las tardes.
Muñoz comentó que cerca de 155 familias de los recintos Camarón y La Samba también están en sitios vulnerables a la crecida de los ríos.
En el cantón Pangua, en Cotopaxi, las autoridades trabajan en el mantenimiento del equipo caminero compuesto por 12 volquetas, una retroexcavadora, dos motoniveladoras y tres minicargadoras.
El Departamento de Gestión de Riesgos de este Municipio informó que las lluvias afectan más a las vías que unen a las comunidades que están en las zonas altas del cantón.
Édison Gaibor, vicealcalde de Pangua, contó que los deslaves dejan incomunicados entre dos y tres días a esas comunidades, donde se produce caña y panela que se comercializan en Latacunga, Ambato, Quito y Santo Domingo. Eso impide sacar los productos. Por eso trabajan en el mantenimiento y limpieza de cunetas.
En Chimborazo, el Gobierno Provincial y los municipios de Pallatanga, Cumandá y Alausí empezaron a prepararse. Esos cantones están situados en la parte baja de la provincia y son los más vulnerables debido a las crecidas de los ríos Chimbo y Chanchán.
“Cuando el río crece se lleva todo”, cuenta Boris Martínez, habitante de la parroquia La Isla, en Cumandá. Él y su familia han perdido cerca de 30 hectáreas de plantaciones de cacao y otros productos en las dos últimas décadas.
Cada año, el río se lleva una parte del terreno cultivable debido a la topografía del sector. De hecho, esa parroquia donde habitan cerca de 5 000 personas de 11 recintos, se llama La Isla, porque el exceso de agua de las lluvias hace que los dos ríos se unan en un tramo y en ocasiones los deja incomunicados.
La familia Merino edificó una casa de dos pisos a 50 metros de la ribera del río Chimbo, pero la creciente del invierno de hace cuatro años socavó el talud y afectó los cimientos y las paredes. En los años siguientes, las crecientes destruyeron la vivienda. “Perdimos unos USD 150 000 entre la casa y los terrenos con pastizales que cada año se inundan. Todos los años ocurre lo mismo”, afirma Alberto Merino.
A lo largo de las riberas de los ríos Chanchán y Chimbo viven unas 80 personas de Pallatanga y Cumandá, la mayoría de terrenos son agrícolas y ganaderos. Allí se siembran cacao, banano y caña que se vende a empresas del Guayas.
“Los precios últimamente están muy bajos. No hay desabastecimiento para las empresas grandes; cuando perdemos parcialmente nuestra producción, los únicos afectados somos nosotros. Hemos pensado hasta en vender”, dijo Merino.
Parte de la estrategia para mitigar los efectos de las fuertes lluvias en esta parte de la provincia es el dragado de los ríos Chimbo y Chanchán, que son los que más efectos adversos generan. Maquinaria pesada del Gobierno Provincial trabaja en esa tarea desde noviembre pasado.
Obreros equipados con retroexcavadoras y tractores de oruga también levantan muros de piedra junto al margen derecho del río, en un tramo de un kilómetro, con el mismo material retirado (sedimento).
“Esta es la medida de protección más urgente para frenar la fuerza del río. El objetivo es evitar una gran inundación cuando las lluvias vengan con fuerza”, explicó Galo Vásquez, de la Unidad de Obras Públicas del Gobierno Provincial.
La prioridad para esa entidad fue el dragado del río Chanchán, a la altura del recinto Buenos Aires. En ese sitio existe el riesgo de un colapso de tramos de la vía que conducen al sector de Producción Agrícola y otros recintos, además puede afectarse el tendido de redes eléctricas.
En contexto
La época lluviosa ya comenzó en el callejón interandino, informó el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi). Se presentó con fuerza a inicios de este año en Tungurahua, Cotopaxi y Chimborazo. En la Costa, la temporada está retrasada.
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