María Sharapova está de regreso… a medias. La rusa, ex número uno del escalafón y considerada una de las deportistas más hermosas del mundo, volvió a su pasarela favorita: las canchas de tenis. No obstante, su regreso no fue del todo auspicioso, pues en el Abierto de Australia cayó en primera ronda, algo que no le ocurría en un torneo importante desde 2003.
Sharapova intenta dejar atrás un 2009 fatal, en que las lesiones la sacaron de competencia y del ‘top ten’ mundial
(está en el puesto 14, con tendencia a la baja). Ese año, solo pudo ganar el torneo de Tokio, además de que alcanzó la final de Toronto. Muy poco para ella, mimada por los flashes de la gloria.
En Australia, primer Grand Slam de una temporada 2010 que prometía ser mejor, volvió igual de atractiva que siempre, transmitiendo esa sutil mezcla de seguridad y elegancia que le ha permitido ser una cotizada modelo para firmas como Nike, Canon, Cole Haan, Land Rover, Prince Sports, Sony Ericcson, Tiffany…
El irregular 2009 no impidió que Nike firmara con Sharapova un contrato por el cual pagará a la rusa, nacida en 1987, USD 70 millones en los próximos cinco años. En estos tiempos de crisis, lo de Sharapova es un rotundo éxito de mercadeo, pues recibirá regalías por la venta de los vestidos con su nombre.
Para estar a tono con esta celebración, la ‘barbie’ estrenaba indumentaria especialmente confeccionaba para Sharapova, que empezó la temporada con buenos augurios, ganando dos torneos de exhibición, uno en Tailandia y otro en Hong Kong. Entre sus víctimas estuvieron Venus Williams y Caroline Wozniacki, finalista del último Open de Estados Unidos.
Por eso, estaba en el cuarto lugar de las favoritas al título en las casas de apuestas. Incluso se hablaba de una hipotético y espectacular duelo entre las rusas Sharapova y Dinara Safina (efímera número uno en 2009) en octavos de final.
Un punto más para que el público se volcara a favor de Sharapova: donó USD 10 000 dólares para los damnificados de Haití y además participó en un acto de beneficencia organizado por Roger Federer y Rafael Nadal en Australia, en vísperas del torneo.
Lo competitivo ya fue otra cosa. Sharapova cayó ante su compatriota María Kirilenko (imagen de Adidas, lo cual aumenta el morbo) por 7-6 (4), 3-6 y 6-4 después de casi tres horas y media de partido en la pista central. La estrella cometió 77 errores no forzados y 11 dobles faltas, prueba de que no está en plenitud de condiciones para su campaña de recobrar el número uno. A este paso, no lograría mantenerse entre las 20 del escalafón al final de la temporada.
Kirilenko puso en apuros a Sharapova. La favorita sufrió el quiebre de su saque ante Kirilenko, 58 en el ‘ranking’, cuando estaba 5-4 abajo en el tercer set y con ello perdió el partido. Fue el último acto de una colección de imprecisiones nunca vistas en Sharapova.
“Ha sido un mal día, hay que asumirlo y seguir con tu vida. Hay situaciones peores. Hay gente en el mundo que no sabe siquiera qué es un partido de tenis”, dijo. Queda todo un año para averiguar si, en efecto, la caída de Sharapova fue solo un mal día o un síntoma de que sus mejores días ya pasaron.