El inigualable cantautor catalán Juan Manuel Serrat y el inigualable alcalde de Toqui interpretaron Mediterráneo a dos voces. Al uno lo abuchearon y al otro lo aplaudieron.
SERRAT: A tus atardeceres rojos se acostumbraron mis ojos…
ALCALDE: A mis carreteros rotos se acostumbraron los cojos…
SERRAT: ¡Soy cantor!
ALCALDE: ¡Yo ni orador!
SERRAT: Me gusta el juego y el vino, tengo alma de marinero…
ALCALDE: Odio la ludopatía y no tengo ni un barrendero…
SERRAT: Qué le voy a hacer, si yo nací en el Mediterráneo…
ALCALDE: Qué voy a hacer, si yo, la verdad, no sé qué hacer…
SERRAT: Si te acercas y te vas después de besar mi aldea…
ALCALDE: Y me acerco y me voy después de alabar a Correa…
SERRAT: Jugando con la marea te vas, pensando en volver…
ALCALDE: Por lo duro de la tarea, estoy pensando en volver…
SERRAT: Ay, si un día para mi mal viene a buscarme la parca, empujad al mar mi barca, con un levante otoñal y dejad que el temporal desguace sus alas blancas.
ALCALDE: Ay, si un día para mi mal viene a reclamar la gente, metedme de contrabando en carro municipal y desde la terminal me iré en un bus maloliente.
SERRAT: En la ladera de un monte más alto que el horizonte quiero tener buena vista.
ALCALDE: en la ladera del monte sigo soñando en un metro desde el sur a Bellavista.