Redacción Negocios
El país afrontará una semana crítica en cuanto al abastecimiento de energía, desde el martes próximo, por el fin de los apagones y los bajos caudales en la central Paute.
De acuerdo con técnicos del Comité de Crisis Energética, a ello se debe añadir el incremento en la demanda, ya que históricamente, la semana anterior a Navidad hay aumento de consumo en el sector comercial.
Sin embargo, no se vislumbra aún una fuente adicional de energía para abastecer plenamente el requerimiento energético en estas condiciones.
Colombia continúa sin vender electricidad y solo se depende del ingreso de la segunda turbina de la central San Francisco, entre el 15 y 16, con cerca de 100 megavatios de potencia.
Los técnicos afirman que este escenario obligará a demandar más energía de Paute, lo que provocará un descenso del embalse de Amalusa, que ayer ya se ubicó en 1 975 metros sobre el nivel del mar, tres metros menos que la semana pasada.
Los caudales se mantienen en niveles bajos. Hasta ayer el promedio bordeó los 35 m3/s.
Por ello, se evalúa la posibilidad de extender los apagones hasta el viernes próximo, ya que la primera turbina térmica de 22 MW que empezó a instalarse en
Manta comenzará a funcionar desde el 24.
En la Empresa Eléctrica Quito (EEQ) se mantiene un cronograma de cortes de tres horas diarias hasta el martes. Para la próxima semana se espera la llegada a Guayaquil de las seis turbinas térmicas y cinco millones de focos ahorradores que Venezuela entregará como donación.
Testimonios
Estenio Pinoargote/ Nueva Loja
Mis hijos estudian a la luz de las velas
Soy nativo de Manabí. Hace un año llegué a Nueva Loja y desde hace dos meses tengo una marisquería. Como todo negocio nuevo me ha costado mucho sacarlo adelante y más aún con los apagones. El pescado y los mariscos son los ingredientes principales de mis platos y necesitan constante refrigeración para que se mantengan en buen estado. Cuando no hay luz, a uno se le acumula el trabajo, ya que toca invertir más tiempo en salir a buscar hielo a las tiendas para mantener el producto. Además, sin energía no puedo ofrecer cebiches a mis clientes. Los apagones me causan molestia tanto en mi local como en casa. A mis hijos los he acostumbrado a hacer sus tareas al apuro, porque es malo que los chicos estudien a la luz de las velas.
María Granda/ Loja
No puedo preparar la comida para mis hijas
Los cortes de luz sí me afectan, pese a que durante todo el día paso trabajando fuera de mi casa. Vivo en el barrio San Francisco, en el norte, y me gano la vida comercializando material pétreo que se extraen del río Zamora. Cuando llego a mi casa, al mediodía, para preparar los alimentos para mis hijas que llegan de la escuela me veo en conflictos. No hay luz y no puedo hacer el jugo. Además, ahora solamente compro una libra de carne y una de quesillo para la semana. Si compro más se me daña, porque son dos horas y media que duran los cortes. A veces los apagones se prolongan o también se reducen. Por eso, antes de salir cuido que mi grabadora y la nevera no queden conectadas. Tengo el temor que suceda algún cortocircuito.