El desconocido viste un buzo azul y su actitud es amenazante, con una pistola en la mano. Cerca de él, hay personas atemorizadas, acostadas boca abajo sobre el piso del delicatessen del norte de Quito.
La imagen fue tomada de la cinta de seguridad del local de comida rápida, que el 7 de abril fue asaltado por tres hombres. Los agentes de la Unidad de Delitos contra la Propiedad de la Policía Judicial muestran esa y otros detalles del video a testigos de otros atracos cometidos en la capital. Se trata de determinar si la misma organización actuó en esos casos.
La Policía tiene pistas para sospechar que la banda es, al menos, la responsable de ataques a restaurantes en el norte de Quito. Un delicatessen de similares características al asaltado la noche del 7 de abril fue atracado en enero, cerca de las 23:00, en las inmediaciones de La Carolina.
El ataque a mano armada es una de las dos modalidades de robo a locales comerciales en Quito, sostiene un investigador de la Policía Judicial. La otra fórmula utilizada por la delincuencia es el robo “sin testigos”: los delincuentes actúan cuando los locales se encuentran cerrados y roban lo que encuentran (dinero de la caja, computadoras, electrodomésticos, entre otros).
En las inmediaciones de un centro comercial, en el norte de la capital, dos restaurantes han sido robados con esta modalidad en lo que va del año. Empleados de esos locales dicen que los delincuentes ingresaron en horas de la madrugada, rompiendo las ventanas y las puertas de atrás.
Cerca de La Mariscal, hace tres meses, un restaurante fue robado de la misma forma. “Desconocidos rompieron las ventanas y se llevaron un televisor, un equipo de sonido y otros enseres”, dice un hombre que trabaja en la zona.
Con los testimonios de las víctimas de otros asaltos y robos, la Policía busca establecer si los desconocidos filmados en el robo armado al delicatessen forman parte de la misma organización delictiva que opera en la zona comercial del norte de la ciudad.
“Son miembros de las tradicionales bandas de Quito, las cuales actúan en familia. Al parecer, ellos operaban en ese sector y su trayecto lógico se dirige hacia el norte”, dice el agente de la PJ.
Para Pablo Baca, docente de la Universidad Autónoma de Quito (UNAQ), el modus operandi de quienes se dedican al robo de restaurantes ha cambiado. A su juicio, los delincuentes antes esperaban a que los locales estuvieran vacíos para atracar. Pero ahora predomina la violencia. “Atracos de ese estilo se dan en las ciudades de Colombia, Brasil y Argentina. Son producto del ambiente de violencia que vive la sociedad”.
Frente al incremento de robos a locales comerciales, la Cámara de Comercio de Quito “implementó un plan de seguridad integral para proteger a los socios”, dice Diego Salgado, gerente del Plan de Seguridad de dicha entidad. El funcionario agrega que este se basa en la capacitación en temas de prevención para enfrentar al delito en todas sus modalidades, la aplicación de un sistema de alarmas de seguridad con botones de pánico y asistencia jurídica a los socios. Afirma que con el sistema “se han evitado robos”.