Juan Carlos Calle Serna, según la Policía, es el principal lavador de dinero de ‘los Rastrojos’.
El viaje de Cali a Quito (Ecuador) que el viernes pasado hizo su cuñada llevó a la Inteligencia de la Policía colombiana y a las autoridades de Ecuador hasta Juan Carlos Calle Serna, hermano de ‘los Comba’, los narcotraficantes más buscados y poderosos del país.
Eran las seis de la tarde de ese viernes, cuando la Policía de Ecuador lo capturó cerca de su casa, en el exclusivo sector de Cumbayá, en Quito, donde Juan Carlos vivía con su esposa y dos hijos.
‘Armando’, como también le dicen en ‘los Rastrojos’, es el principal lavador de dinero de la red de sus hermanos Javier Antonio y Luis Enrique Calle Serna, ‘los Comba’.
Además, el encargado de “administrar contactos internacionales para el paso de cocaína desde Colombia y Bolivia hacia Ecuador, utilizando a Perú como plataforma para el tráfico hacia países europeos y a EE. UU.”, señala un informe de la Policía.
Juan Carlos, de 40 años, es el segundo de los cinco hermanos Calle Serna (dos son mujeres), oriundos de Puerto Asís (Putumayo). Hasta finales del año pasado, el único que tenía orden de captura era Javier Antonio, el mayor del clan y buscado por narcotráfico.
Por eso, ‘Armando’, sin saber que se le seguía un proceso, tramitó con su nombre real la ciudadanía ecuatoriana -la cual presentó en el momento de su detención-, con la que se movía como un importante pero prudente inversionista entre Quito y Guayaquil. Camino que se abrió con la ayuda del capturado capo Ramón Quintero, alias ‘RQ’.
Los primeros cálculos indican que su fortuna en el vecino país, que el domingo lo expulsó, alcanza los 3,4 millones de dólares, invertidos en una tienda de ropa, en concesionarios de vehículos, inversiones en la construcción de un hotel y en lujosas viviendas.
Condenado en Colombia
En noviembre del año pasado fue condenado a 60 meses de cárcel y en enero se ordenó su detención por el delito de fabricación, tráfico y porte de armas de fuego, y falsedad material en documento público y fraude procesal.
La medida, con la que el 8 de marzo pasado Interpol le expidió circular roja, tiene que ver con hechos ocurridos en mayo del 2006, en el norte de Bogotá, cuando en el apartamento de Juan Carlos le fueron encontradas dos armas y 17 celulares y otros documentos falsos. Ese fue el inicio del proceso, por el que deberá estar preso en Colombia.
La investigación a la red de narcotráfico de ‘los Comba’, con contactos con carteles mexicanos como los de Sinaloa y los Zetas, puso a la Policía tras los pasos de la esposa de Juan Carlos y de las hermanas Calle Serna para dar con el paradero de los capos.
Si bien las mujeres no están relacionadas con el tráfico de droga, sí les permitió conocer los movimientos de los hombres de la familia.
Investigadores de la Policía señalan que entre el 2008 y el 2009 detectaron viajes de una de las Calle Serna vía aérea por Bogotá-Cali-Pasto, y de allí por tierra a Ipiales (Nariño), donde una persona solía recogerla en una ostentosa camioneta del lado de la frontera con Ecuador.
Esa fue la primera pista de la presencia de Juan Carlos en el vecino país. Los constantes viajes de su esposa a Cali también alertaron a los agentes que le seguían los pasos.
En coordinación con las autoridades del vecino país, establecieron que en el 2009 hizo un viaje por el Cono Sur, que, según Inteligencia, tenía como objetivo visitar en Argentina a Luis Enrique, el menor del clan, y a su exsocio Jairo Andrés Rivillas (capturado en España el año pasado).
Los seguimientos lo alcanzaron a ubicar en San Carlos de Bariloche, donde se le perdió la pista en ese país. Luego regresó a Ecuador, y los viajes de su hermana y esposa, así como los de una de sus cuñadas, confirmaron plenamente la identidad y ubicación de Juan Carlos Calle.
Incluso, el narco estuvo en noviembre del año pasado en Cali acompañando a su esposa a visitar a la familia. En la corta estadía, Juan Carlos sólo salió una vez de la casa de los suegros a un centro comercial a ver una película.
Para esos días, ni la condena ni la orden de captura habían sido expedidas. Por eso la Policía debió esperar hasta el viernes, cuando el viaje de su cuñada les indicó la dirección de la casa del señalado narco.
Ahora, la Policía y la Fiscalía trabajan en avanzar en un nuevo proceso de lavado de activos, pues Juan Carlos no tiene solicitud de extradición y con la condena de 5 años podría quedar en libertad en menos de tres.