‘2 uniformados me robaron el auto una noche’

Infografía de robo a vehículos en Pichincha, Guayas y Manabí del 2009 y 2010. Fuente: Policia Judicial

Infografía de robo a vehículos en Pichincha, Guayas y Manabí del 2009 y 2010. Fuente: Policia Judicial

Eran cerca de las 23:00 del 28 de abril. Manejaba mí vehículo, me dirigía a una peña y a la altura del sector de la Chola Cuenca dos individuos con uniforme de Policía me obligaron a detener la marcha del automotor.

[[OBJECT]]Pensé que me iban a pedir papeles; sin embargo, no sucedió aquello sino que me robaron mi carro. Me golpearon en la cabeza y se subieron al vehículo.

Los uniformados estaban cubiertos sus rostros. Ellos trataban de hablar como cuencanos pero su acento era raro, parecían de otra región. Me seguían golpeando y me llevaron al sector de Guñanzhapa de la parroquia Tarqui y me dejaron desnudo.

Allí los moradores salieron asustados pensando que yo era un ladrón, inmediatamente se dieron cuenta de que había sido víctima de un asalto y me ayudaron a pedir auxilio a mi familia.

Al siguiente día presenté la denuncia en la Policía, estaban sorprendidos de mi atraco y me dijeron que los delincuentes utilizaron el uniforme de la institución.

Empecé las averiguaciones por mi cuenta y a los dos años me enteré que mi carro estaba en Ibarra, que lo tenía un teniente. Él me dijo que lo había comprado a otro policía de apellido Oña.

Esa información la pude obtener porque el uniformado se había acercado a matricular el auto luego de dos años. Solamente le cambiaron el color del vehículo, de gris a rojo.

Fue difícil recuperar el carro porque el teniente luego vendió mi vehículo a un capitán del Ejército del Puyo, quien no tuvo problema en devolverlo.
Pero, en las investigaciones que continuaron, el teniente dijo que él era un comprador y vendedor de buena fe. Desde que sentí que posiblemente había policías involucrados recibí amenazas, para que dejara el juicio, porque estaba ensuciando al teniente.

Luego logramos dar con el paradero del policía Oña, quien fue detenido un lunes a las 11:00, pero, para sorpresa de todos, dos horas después se fugó y esto nos ocultó la Policía.

Actualmente el juicio sigue porque desconocemos el paradero del policía Oña, y la institución no me da ninguna respuesta. Por eso los papeles de mi carro no los he podido legalizar y no puedo transitar. Esto hace que mi vehículo se esté deteriorando y que no exista justicia para este robo que sufrí por parte de uniformados.

Los conflictos con la Policía no permiten que saque mí vehículo del parqueadero de mi casa y siempre que voy al juzgado o a la institución policial no tengo una respuesta positiva. Los uniformados esconden la verdad y los responsables que me robaron nunca fueron sancionados.

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