Los tres hombres fueron condenados por apoyar a grupos terroristas. Irfan Ul Haq, Qasim Ali y Zahid Yousaf fueron sentenciados en Estados Unidos por proveer de material bélico a los talibanes. La información la reveló el Departamento de Justicia de ese país.
La investigación del caso comenzó en marzo del 2011, cuando en una redada la Policía capturó a 66 extranjeros. Agentes encubiertos determinaron que los aprehendidos eran de Oriente Medio y que estaban en el país aparentemente sin documentos en regla.
El Gobierno mantuvo hermetismo sobre el caso. Recién el 10 de abril, un mes después, el entonces ministro del Interior, Alfredo Vera, reconoció a EL COMERCIO que seis de los 66 detenidos habían sido deportados a Estados Unidos, porque -según él- figuraban en la lista de la Interpol.
El nombre de uno de ellos incluso coincidía con el de un fugitivo buscado por el FBI y al que se lo vinculaba con Osama bin Laden, entonces cabecilla de la organización internacional Al Qaeda.
Según información del Departamento de Justicia, la sentencia en contra de Irfan Ul Haq se dictó el 5 de enero último. El juez John D. Bates lo condenó a 50 meses de cárcel, por conspiración al dar asistencia a grupos terroristas.
Desde hace dos años, Irfan Ul Haq convivía con una ecuatoriana y ocupaba una casa antigua en el Centro de Quito. “Él trabajaba como traductor”, decía una persona que conocía al paquistaní. “Aquí estuvo un señor que era paisano de Irfan y le dimos posada. No tenía papeles, tampoco hablaba español. Le habían traído diciéndole que Ecuador está al lado de EE.UU.”, aseguraba.
Qasim Ali y Zahid Yousaf también estaban en Ecuador y al igual que Irfan Ul Haq fueron sentenciados por el juez Bates.
La condena para los dos últimos detenidos se conoció el 21 de diciembre del año pasado.
Según el Departamento de Justicia, el 12 de septiembre los tres prisioneros se declararon culpables de conspiración.
Al momento en que fueron detenidos los 66 extranjeros, en el país ya estaban vigentes visas para al menos nueve países, entre ellos Pakistán. El Gobierno volvió a esa medida en septiembre del 2010 y las autoridades explicaron que aquello se debe a la necesidad de evitar la trata de personas.
Un informe oficial al 29 de febrero señala que en el Ecuador están censados 88 ciudadanos de Pakistán. Además, hay 29 refugiados. El año pasado, Migración registró el ingreso de 128 paquistaníes y la salida de 191. A esto se suma que cinco extranjeros fueron deportados por indocumentados y dos quedaron excluidos. Es decir, fueron impedidos de ingresar al país en el aeropuerto.
Las autoridades del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU. (ICE, por sus siglas en inglés) señaló que las sentencias de los tres demuestran una determinación internacional para garantizar seguridad a ese país.
Además, aplaudió el “excelente trabajo” realizado por la Oficina de Investigaciones del Departamento de Seguridad Nacional estadounidense agregado en el Ecuador. Y asegura que esa instancia realizó una “extensa investigación” sobre este caso.
En septiembre del 2011, Irfan Ul Haq admitió su responsabilidad en una audiencia ante el juez de Distrito John D. Bates, en Washington DC. Allí se declararon culpables de proveer apoyo material a la organización terrorista Tehrik-e Talibán Pakistán (TTP).
Según Inteligencia, este extranjero era conocido en La Mariscal (centro-norte de Quito) y se desempeñaba como traductor de personas de Oriente Medio que llegaban al país. Según la Policía, él les proporcionaba alojamiento y les ofrecía documentos.
“Lo que más nos llama la atención era que no tenía un empleo fijo, pero siempre se movilizaba en taxis y se alimentaba en buenos lugares”, señalaron fuentes de la Policía Nacional.
En la Dirección General de Inteligencia (DGI) también se conoció que “era bien relacionado en el ámbito público, incluso tenía bastantes contactos que le facilitaban el cumplimiento de actividades delictivas”.
Ahora, los tres paquistaníes detenidos inicialmente en Quito permanecen en una prisión de los Estados Unidos.