En nueve horas 25 clientes del banco perdieron entre USD 300 y 500 de sus cuentas. Los robos sistemáticos ocurrieron el anterior martes en un cajero automático del sector de El Bosque, en el norte de Quito.
Ese día, los perjudicados recibieron mensajes de texto de la entidad financiera, un mecanismo que utiliza el banco para alertar sobre retiros de sumas importantes de dinero.
Una de las víctimas fue María Elena V. La mujer perdió USD 500. “El mensaje me llegó a las 14:40 cuando ese día ni siquiera salí de mi casa. Llamé al Banco del Pichincha y me dijeron que mi tarjeta fue clonada”, denunció la afectada a este Diario.
El miércoles último, el grupo de perjudicados fue a la sucursal de El Bosque y presentó una queja formal por los robos.
Francisco Miño, vicepresidente de Mercado de Banco Pichincha, confirmó a EL COMERCIO que efectivamente hubo un fraude a 25 tarjetahabientes. El equipo de seguridad detectó que desconocidos instalaron un dispositivo en el cajero para clonar la banda magnética de los documentos, precisó el funcionario.
Este delito informático es uno de los que más afecta a los usuarios y a los bancos, según la Fiscalía General. Datos de esa entidad refieren que entre enero del 2012 y agosto del 2013 se reportaron 1 218 denuncias de clonación de tarjetas.
Según la Policía Judicial, los grupos delictivos que se dedican a esta modalidad de robo utilizan un mecanismo denominado ‘skimmer’.
Este dispositivo copia los datos de las tarjetas y luego los desconocidos crean un nuevo documento con esa información confidencial.
Eso se presume que ocurrió en el cajero automático del Banco en el Bosque. Las primeras investigaciones del personal de seguridad revelan que el ‘skimmer’ pudo haber sido colocado una semana antes del 16 de febrero, según precisó Miño.
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Sin embargo, los agentes de la PJ detectaron recientemente otra modalidad que consiste en la instalación de un dispositivo electrónico en los cajeros.
Según la Policía, con esta modalidad el robo es más eficaz, pues los desconocidos obtienen los datos mientras el cliente realiza una transacción. Los datos que van al banco también se desvían a un equipo clandestino.
En octubre pasado, la PJ de Guayaquil detuvo a cinco personas que presuntamente se dedicaban a clonar tarjetas.
En el operativo los uniformados decomisaron 250 tarjetas con banda magnética en blanco, una impresora de tarjetas plásticas, cédulas, pasaportes falsos, entre otras evidencias.
El perjuicio causado por el grupo delictivo detenido en Guayaquil fue de unos USD 200 000, según los agentes.
El monto de dinero perdido por el ‘hackeo’ del cajero de El Bosque, la tarde del martes en Quito, supera los USD 7 800.
Miño señaló a este Diario que esas pérdidas las asume el Banco y devolverán el dinero a los clientes perjudicados. “Hemos cancelado un total de 600 tarjetas de manera preventiva para que no exista clonación”.
El funcionario agregó que este ‘hackeo’ no es un “evento mayor”, pues la entidad tiene activas aproximadamente dos millones de tarjetas.
La Policía señala que la banda magnética de los documentos es muy vulnerable a la clonación. De ahí que para los delincuentes no sea complicado adulterar las tarjetas. Por eso, una alternativa es la incorporación de un chip a las tarjetas, que codifica los datos del cliente. Este proceso inició en el 2013.
No obstante, la Superintencia de Bancos dio una prórroga a las entidades financieras para que este dispositivo de seguridad esté operativo al 100% hasta junio del 2015.
Con este mecanismo se prevé reducir la clonación de tarjetas en un 90%, según la Asociación de Bancos Privados.
Ayer, el grupo de perjudicados informó que el Banco les devolvió el dinero perdido, 24 horas después del reclamo.
Miño también aclaró que solucionaron el problema y hasta la tarde de ayer no reportaron más denuncias de clonación de tarjetas en sus cajeros.
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