El cadáver del soldado Álvaro Manobanda llegó ayer a su natal Quevedo (Los Ríos) y fue enterrado en medio del dolor de sus familiares.
Él pertenecía a la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE). Fue encontrado, el domingo pasado, fuera de un billar ubicado en el sector El Palmar, en la frontera norte, en la provincia de Sucumbíos.
Tenía huellas de haber recibido, al menos, nueve disparos a quemarropa en el cuerpo y en el rostro.
Según la FAE, Manobanda, de 19 años, se encontraba en servicio y estaba asignado al campamento de la zona. Aún se desconoce lo que hacía fuera del billar y si tenía o no puesto el uniforme militar. “La Fuerza Aérea Ecuatoriana conjuntamente con las autoridades pertinentes han iniciado las investigaciones para esclarecer esta lamentable muerte”, dijo a través de un comunicado Óscar Jácome, director de Comunicación Social de la FAE.
Juan Manobanda, padre del fallecido, pidió a la Fiscalía que aclare el crimen pues, según él, el día del crimen su hijo salió del campamento militar en compañía de otros dos soldados que hasta ahora no se han identificado. “Exijo justicia, esto no puede quedar en la impunidad. Tienen que aclarar qué fue lo que le pasó a mi hijo”.
La Fiscalía, de su lado, dijo que inició una instrucción fiscal para poder identificar al sospechoso del crimen.