Según el relator de Naciones Unidas, Philip Alston, Ecuador tiene problemas con la justicia. La Comisión de DD.HH. de la ONU recibirá su informe. En 2 años habrá un nuevo análisis.
¿Cuál es su balance de la visita que realizó a Sucumbíos? ¿Conoció sobre los 752 casos de ejecuciones extrajudiciales o violaciones a DD.HH. como capturas ilegales, abuso de poder, entre otras?Me reuní con muchas personas en Sucumbíos. Creo que tuve un panorama bastante completo del problema, pues hablé con víctimas y familiares de víctimas. Es importante rescatar el ejercicio que hizo la Comisión de la Verdad registrando esos casos, pues permite entender no solo lo que ocurrió en la década de 1980, sino también lo que pasa ahora.
¿Conoció casos de falsos positivos en el Ecuador?
La verdad es que las estadísticas que he podido ver, respecto a las muertes causadas por la Policía, varían tanto que no tengo el panorama claro. En casi todos los países se presenta el problema del uso excesivo de la fuerza por parte de la Policía. Existen todos los indicios para pensar que en el Ecuador también existe este tipo de problema. Lo que pasa es que no se informa y no se denuncia adecuadamente.
En Ecuador se debate reducir la edad de imputabilidad de los menores, de 18 a 16 años, para prevenir el sicariato. ¿Qué opina?No me parece que esta sea la iniciativa más importante para atender el problema del sicariato, pero sí parece que hay una laguna jurídica. Tal vez hay que examinar a las personas que reclutan y utilizan a menores para este tipo de delitos. Hay que llevar a cabo investigaciones más eficaces de los casos en lugar de impulsar una simple enmienda jurídica.
En su informe señaló que no tenía constancia de que la justicia indígena hubiera tenido como consecuencia ejecuciones extrajudiciales, ¿qué opina de los ajusticiamientos que han ocurrido?
En el país sí hay un problema con la justicia de masas y con los linchamientos. Eso se atribuye a la ausencia o a las falencias del sistema de justicia, o a la ley y el orden. Y es más probable que el problema se presente en zonas remotas, y por tanto, en poblaciones indígenas. Todas esas declaraciones que hace el Gobierno de que no van a tolerar este tipo de comportamiento tienen que venir de la mano con procesos de investigación y de enjuiciamiento mucho más eficaces de las personas que llevan a cabo este tipo de ajusticiamientos de masas.
Ecuador no es ajeno al problema del narcotráfico. ¿Considera que este fenómeno es un disparador de otros hechos de violencia como el sicariato o la limpieza social?
Cuando estuve en Sucumbíos oí alegaciones de que mataron a 30 personas en la carretera que va al Putumayo. Aparentemente esto tenía que ver con una limpieza social porque algunos grupos se habían peleado por un territorio de drogas y por rutas de distribución. Parece un problema grave.
¿Qué conoce sobre la intervención de policías en grupos de sicarios en la provincia de Los Ríos?
Recibí información de varias fuentes. Parece ser que todas esas alegaciones tienen fundamento.
Luego de su visita, ¿habrá un seguimiento al tema?
Claro que habrá un seguimiento. Pero lo más importante en materia de seguimiento es el diálogo que tiene que darse dentro de la comunidad ecuatoriana. Y si a la comunidad del Ecuador le parece que mi informe refleja de manera bastante fidedigna la realidad, tiene que generarse un diálogo y todo un debate porque la acción es más a nivel nacional que internacional.
¿Cómo es el seguimiento?
Mi informe final será entregado al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y habrá distintas formas de seguimiento. Mi sucesor también se encargará de hacer un informe de seguimiento de aquí a dos años.
‘Se encontraron agentes involucrados’
13 de junio del 2010. EL COMERCIO reveló que el sicariato contamina a las filas policiales en Los Ríos.
Qué dijo el Relator: No recibí nada que indicara que las muertes causadas por policías fuera generalizado. Pero sí se da y han muerto personas por tortura o a balazos durante operativos de la fuerza pública. Algunos sospechosos han sido asesinados por policías, cuando solo tenían que capturarlos.
Se ha encontrado agentes involucrados en casos de sicariato. El Ministerio de Gobierno dio información sobre 27 personas cuya muerte habían causado policías entre el 2000 y el 2009. Hay pocos indicios de que el departamento de Asuntos Internos de la Policía pueda operar de manera independiente o eficaz a la hora de investigar graves alegaciones de mala conducta por parte de oficiales de alto rango.
‘Los chulqueros emplean a sicarios’
20 de junio del 2010. Este Diario publicó que en el país, los usureros operan con una completa red criminal.
Qué dijo el Relator: Los grupos de sicarios altamente profesionales pueden ser usados, por ejemplo, por sofisticados grupos de crimen organizado. Se considera en gran medida que son los usureros o también llamados chulqueros los principales empleadores de sicarios.
Los individuos que no pueden obtener préstamos de bancos y otras
instituciones recurren a créditos de individuos que bien podrían estar lavando dinero procedente del narcotráfico y quienes cargan hasta un 10% de interés por día. Cuando el pago se torna difícil, los chulqueros se encargan de dar un escarmiento violento o muerte a los deudores, algunas veces usando a menores de edad en calidad de cobradores.
‘Grupos armados presionan a la gente’
8 de julio del 2010. Este Diario informó que en 9 años, la impunidad envuelve a 952 asesinatos en Sucumbíos.
Qué dijo el Relator: Es claro que el conflicto colombiano se ha desbordado hacia Ecuador. En Sucumbíos y en Esmeraldas los ciudadanos están sujetos a presiones y abusos de grupos armados irregulares, como las FARC de Colombia, ex paramilitares y narcotraficantes.
Las personas que viven en las riberas de los ríos San Miguel y Putumayo, en Sucumbíos, están atrapadas entre las demandas de grupos armados en competencia. Cuando el Ejército de Colombia empuja a los ilegales hacia zonas remotas, los flujos de refugiados a Ecuador también se incrementan. Autoridades de Gobierno me informaron de altas tasas de asesinatos en Esmeraldas y Sucumbíos. Son 100 casos por 100 000 habitantes.