En el contrato 2008-d-076 constan 12 tipos de aparatos de comunicación que darán soporte a los cuatro radares que el Ministerio de Defensa compró el 8 de junio del 2009 a la empresa CETC.
En ese documento, de 52 páginas, se establece que la estaciones de microondas, de transmisiones, radios HF, VHF, UHF, etc., costarán USD 10 millones y que serán dotados por la firma china.
Pero datos oficiales de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) señalan que el sistema de comunicación está en proceso de negociaciones y que ese es “el principal problema” e incumplimiento de CETC.
Las nuevas revelaciones del caso se conocen, pese a que a finales de mayo, el ministro de Defensa, Miguel Carvajal, anunció que en este mes los radares chinos terminarán las fases de pruebas y se receptarán oficialmente.
¿Cómo recibirán los aparatos sin un sistema de comunicación? ¿Quién correrá con los gastos en esa negociación? ¿Cuándo se adquirirá ese sistema? El jueves, el comandante de la FAE, brigadier general Enrique Velasco, no profundizó en esas explicaciones y dijo que es un tema relacionado con la seguridad del Estado.
La integración operativa de los tres radares de la Dirección de Aviación Civil (DAC), con los de la FAE y los cuatro equipos chinos tampoco está lista.
Esto ocurre, pese a que en el capítulo Precios del Contrato, la empresa china se comprometió a dejar los aparatos en los sitios fijados por la Fuerza Aérea, integrados entre sí y conectados a dos centros de comando y control en Quito y en Guayaquil, “con réplicas en el edificio del Comando Conjunto de Fuerzas Armadas, en Quito”.
En este momento, los radares civiles (de la DAC) y los militares (de la FAE) manejan centrales e información aérea diferentes.
Eso se puso en evidencia tras el accidente de la avioneta mexicana, que llevaba USD 1,3 millones a bordo (13 de mayo). Cuatro días después, las autoridades de la Dirección de Aviación Civil aseguraban que su tecnología solo detecta vuelos legales y que los ilegales dependen de otra institución.
Sin que la integración se haya concretado, la DAC planifica nuevas compras: radares para Manta, Shell, Cuenca y un sistema para el aeropuerto de
Latacunga. Estos se sumarán a los que existen en Quito, en Guayaquil y en San Cristóbal, en las islas Galápagos.
En el contrato de los radares se determina que a más de los equipos de comunicación por USD 10 millones, la empresa china también se compromete a la transferencia de tecnología, la instalación y puesta en marcha de los radares y a la asistencia técnica (ver gráfico adjunto).
El representante legal de CETC, Juan Carlos Guerra, debía comparecer hoy a la Fiscalía, pero aquello no ocurrirá. Ese organismo confirmó que la diligencia se postergó para el 22 de este mes.
El comandante de la FAE tampoco acudió ayer, pues se excusó y el fiscal fijó su comparecencia para el 21. La Fiscalía solicitó además que la Fuerza Aérea entregue copias certificadas sobre el contrato firmado por la empresa china y los procesos cumplidos.
La investigación fiscal
Los casos de Pedernales y de la avioneta hallada en Santa Elena, el sábado 2 de junio, fueron los que dejaron al descubierto las fallas en la contratación de radares.
Este último hecho también es investigado en la Fiscalía. Los tres representantes de la empresa que realizaba la ampliación de la pista en donde se halló la nave no comparecieron ayer ante la Fiscalía de Santa Elena, aunque la aeronave ya está en un hangar de la unidad aeropolicial, en Guayaquil.
Ayer, una camioneta con el balde modificado fue hallada en el hangar de la comuna San Pablo.
Los agentes indagan la propiedad del vehículo; por lo pronto, los dueños de la pista aérea negaron que fuese de ellos.
En Quito estaban programadas más diligencias. A las 15:00 se preveía que el ministro del Interior, José Serrano, rindiera su versión sobre la denuncia contra el coronel en retiro Mario Pazmiño, a quien acusó de supuestamente atentar contra la seguridad del Estado, por sus declaraciones sobre la avioneta de Santa Elena.
Después del hallazgo, el ex director de Inteligencia de la Fuerza Terrestre dijo en Twitter: “El viernes ingresó en horas de la noche nueva avioneta sin ser detectada por radares chinos”. “La avioneta llegó a un hangar privado en el balneario de San Pablo, a 25 kilómetros de Salinas”. “La avioneta tiene matrícula mexicana”.
La versión del ministro Serrano debió realizarse en el despacho del fiscal Iván Ron, de la Unidad de delincuencia organizada y transnacional de la Fiscalía de Pichincha. Sin embargo, la Dirección de Comunicación del Ministerio del Interior informó que cuando Serrano presentó la denuncia relató los hechos y que no era necesario que se presentara ayer nuevamente a la Fiscalía.
Lo que reiteradamente ha dicho Serrano es que Pazmiño frustró el operativo que había montado la Policía Antinarcóticos.
En un comunicado remitido en la tarde, el Ministerio del Interior dijo: “Pretendíamos obtener suficientes evidencias para atrapar a una banda de narcotraficantes y no solamente a los tripulantes de la aeronave, pero el martes anterior el operativo se frustró”.
En ese documento, Serrano incluso aseguró que “se seguía a sospechosos de unos vehículos que el mismo 2 de junio, que aterrizó la avioneta, llegaron a la pista privada y posteriormente se trasladaron a Guayaquil y a Santo Domingo de los Tsáchilas. En esas ciudades se allanaron viviendas pero no se localizó a ningún sospechoso. Los uniformados encontraron autos abandonados”.
En Twitter, el militar en servicio pasivo también indicó: “Se conoce extraoficialmente que Colombia sí detectó la avioneta”. Esta información fue confirmada luego por el Comandante de la FAE.
Pazmiño fue citado una hora después de Serrano. Llegó cinco minutos antes de las 16:00 y lo hizo con su esposa. La Fiscalía no permitió el ingreso de la mujer y los colaboradores dijeron que la información en etapa de indagación previa es reservada.
Después de tres horas, Pazmiño dijo ser inocente. “Yo no he atentado contra la seguridad del Estado. Siempre la he protegido”.
Las adquisiciones
En América del Sur, Venezuela abrió las puertas a la empresa China Electronic Technology Group Corporation (CETC).
Lo hizo en el 2005, para la adquisición de 10 radares del tipo JYL-1, para fortalecer la capacidad del Comando de Defensa Aérea.
La inversión alcanzó USD 150 millones, pero siete años después, no todos los artefactos se encuentran en funcionamiento.
CETC suscribió un contrato con Ecuador en el 2009. Lo hizo para la venta, por USD 60 millones de cuatro radares: dos del tipo YLC-2V, de largo alcance, y dos YLC-18, de corto alcance, para la Fuerza Aérea Ecuatoriana. Estos equipos están en pruebas. Los equipos funcionarán como unidades móviles.
[[OBJECT]]