El cañón de luz la apuntaba. La joven mujer caminaba con un fusil M4 en las manos. Vestía traje pixelado de militar. Las insignias con dos estrellas la identificaban como teniente y ‘el arma del silencio’ cosida en su camisa (un puñal en una flor), como agente de Inteligencia.
En las Fuerzas Armadas cada símbolo no es casual. La despedida del jefe del Comando Conjunto Ernesto González develó la adquisición de fusiles de asalto estadounidenses para Ecuador. La oficial entregó el M4 al General, antes de que él insistiera que el narcotráfico es una amenaza para el país. El M4 es el arma estrella de militares de Colombia y EE.UU., así como de la Policía élite SWAT.
El Plan de Seguridad Integral del Gobierno contempla en el 2013 unas FF.AA. dedicadas a combatir el crimen, el narcotráfico y el terrorismo, y una Inteligencia eficiente.
La representante de la DEA para el Cono Sur ha dicho que en todos los países de la región están los carteles mexicanos. Es lógico contar con armados legales bien equipados. Lo ilógico sería esperar que con fusiles, más armados y más presos termine la inseguridad. Basta con mirar a México.
Los fusiles, por sí solos -sin eficientes salud y educación, sin espacios públicos con ciudadanos, sin empleo- no alcanzan para que la gente salga a la calle sin miedo.