Vicente Sarmiento no quiere que la muerte de su hijo quede en la impunidad. La memoria de Vicente Francisco Sarmiento Ledesma, asesinado con una sobredosis de una sustancia tóxica, lo anima a emprender una lucha para que su caso no se repita en Ecuador.
“Le mataron a mi hijo por 80 dólares”, dice a este Diario, en Buenos Aires. Vino a la capital argentina para reunirse con Juan Carlos Blumberg, quien en el 2004 inició una lucha luego del secuestro y muerte de su hijo Áxel.A los pocos días de conocerse, la suerte final de Áxel, secuestrado el 17 de marzo del 2004 en el marco de una ola de secuestros extorsivos que sacudía a Argentina, una movilización de 200 000 personas demandando seguridad en las afueras del Congreso alertó a los políticos. Tal fue la reacción ciudadana que al gobierno del entonces presidente, Néstor Kirchner, no le quedó otra que recibirlo en su despacho de la Casa Rosada y en el Congreso se realizaron varias modificaciones en el Código Penal.
“Vine a Buenos Aires porque supe de la marcha que había hecho, de la capacidad de movilización impresionante, y conocer la lucha que lleva adelante desde entonces, sus aciertos y sus errores. Aplicándolas a la realidad nuestra, queremos comenzar nuestra lucha”, menciona.
Blumberg lo escucha en sus oficinas de la fundación ‘Áxel Blumberg, por la vida de nuestros hijos’. “Lo más importante –añade Sarmiento- es que da mucha esperanza, en la medida en que sí se puede cambiar, que cuando el pueblo se junta, los gobernantes se dan cuenta de que tienen que cumplir con las aspiraciones del pueblo. Esto pretende ser un movimiento ciudadano, no político”.
El joven Sarmiento, de 24 años, apareció muerto la madrugada del 8 de octubre pasado. Lo último que supo de él fue cuando su mamá se comunicó vía celular a la 01:30. A esa hora ‘Vicho’, como le decían de cariño, estaba en un bar de Urdesa, en el norte de Guayaquil. Había salido de una universidad privada y se encontró con un grupo de conocidos en el lugar. Tenía planes de quedarse un tiempo más y luego saldría hacia la vía Samborondón, donde vivía con sus familiares.
Según las versiones de los testigos, el muchacho salió del bar alrededor de las 03:00. Luego no supieron más. La familia empezó a buscarlo en hospitales y clínicas hasta que lo encontraron en la morgue. El cuerpo apareció en las calles Hurtado y José Mascote, en el centro. Supuestamente una sustancia tóxica causó su muerte.
Al mes del fallecimiento su padre, un abogado privado de Guayaquil, escribió una carta pública dirigida al presidente Rafael Correa. “Ni uniendo los capitales de todos los hombres más ricos del mundo, puedo comprar la vida de mi hijo, lo que me lleva a suplicarle que cuide sin miramientos, sin limitaciones, sin egoísmo o pasiones, la vida de los ecuatorianos”. Contaba también que su hijo era un joven idealista, creyente de la revolución ciudadana.
Desde ahí Sarmiento ha comenzado una cruzada por la seguridad. También participó en el plantón, del 23 de noviembre, por ‘No más víctimas de la violencia, a raíz de la muerte del niño Bruno Barcos (10 años) en un cruce de balas en el Suburbio.
En Argentina, fueron en total cuatro marchas organizadas por Blumberg. Pero lo más importante es que no solamente fueron protestas, sino que también llegaron con proyectos. “Ninguna acción puede tener futuro si no hay propuestas. Por eso, fuimos al Congreso, a la Corte Suprema de Justicia y al Gobierno Nacional y logramos algunas reformas en el Código Penal”, dice Blumberg en su oficina de la avda. Corrientes.
El abogado de la fundación Blumberg , Raúl Abraham, explica que entre las cosas que se lograron están el endurecimiento de las penas, como 25 años por secuestro seguido de muerte. También se consiguió eliminar el 2×1 y se logró la sumatoria de penas, la tenencia ilegal de armas.
Sarmiento responde a Blumberg que hay coincidencias. “El 2×1 debe terminarse. No es posible que una persona que debe cumplir 16 años por asesinato, a los ocho salga porque supuestamente está rehabilitada. No es así. Se debe acabar con la alcahuetería de la sustitución de penas porque causan una impunidad. Debe haber renovación de la Función Judicial”.
Hay algo que Sarmiento tiene en claro: esta cruzada demanda paciencia y sobre todo perseverancia. Además, para organizar ciudadanos en demanda por la seguridad, es necesaria la participación de Rafael Correa. “Reitero que apelamos al Presidente, que se convierta en el líder de las demandas por seguridad”.