Rastreo telefónico en el caso Espinosa

Patios de la UVC, en Carapungo. Los detenidos fueron presentados a la prensa.

Patios de la UVC, en Carapungo. Los detenidos fueron presentados a la prensa.

[[OBJECT]]Luego de que un desconocido disparara cuatro veces contra el empresario Francisco Espinoza Álvarez, la noche del 2 de septiembre último, en Miravalle (vía a Cumbayá), se registró una llamada telefónica al celular de Néstor M. La Policía lo afirma, tras un rastreo.

En esa llamada “el hombre dio parte del hecho (al autor intelectual)”, dijo el ministro del Interior, José Serrano. Con base en las indagaciones, se inculpó a Néstor M., ex socio de la víctima, durante la audiencia de formulación de cargos que se realizó anteanoche, en la Unidad de Vigilancia de Carapungo, en el norte de Quito.

Durante la diligencia, uno de los agentes de la Policía Judicial de Pichincha, encargado de las investigaciones, señaló que la banda que presuntamente cometió el crimen del ejecutivo era investigada desde hace seis meses, por la serie de muertes registradas en la ciudad: el homicidio de dos mujeres, en la avenida Río Coca y Polanco (norte de Quito). También el de la pareja de jóvenes Ernesto P. y Jennifer G., frente al semáforo de las avs. De la República y Eloy Alfaro, el 11de junio, y el crimen de Óscar R., el 24 de junio, mientras conducía su auto en la av. Brasil y Granda Centeno, también en el norte de la capital.

El 23 de agosto último, el número telefónico de un pariente del sospechoso se conectó con el celular de Drayzon A., supuesto integrante de la banda que fue detenido junto a otros seis hombres. El fiscal del caso añadió que la zona horaria de la ubicación del teléfono supuestamente corresponde a la de un pariente del inculpado.

“Hay un estudio pericial (de las llamadas telefónicas) en el caso del empresario Francisco Espinosa desde el momento que sale de su oficina hasta que llega a Miravalle. En este se ve cómo él se conecta en ese trayecto con cada una de las llamadas telefónicas que realizaron (el día del crimen) los detenidos”, precisó Serrano.

Añadió que con base en la supuesta comunicación se determinó la vinculación de los detenidos (presuntos miembros de la banda) con otros crímenes. “Así se conoció la ruta en el cometimiento de otras muertes”, dijo Serrano. “Son los mismos números y aparatos. Ellos solo cambiaban de chip y pensaron que así no dejaban huellas, pero no fue así”.

El fiscal precisó que tomó las versiones de cuatro personas allegadas a Espinosa. Ellos le indicaron que él tenía un problema legal con Néstor M., tras establecer una sociedad, a finales del 2008, para la comercialización de relojes para damas y caballeros en centros comerciales de Quito.

“Conformaron una compañía de responsabilidad limitada, pero con el pasar del tiempo tuvieron problemas de liquidez. Por eso Espinosa transfirió recursos (USD 24 000) para preservar la liquidez de la empresa”, explicó el fiscal. Y agregó que Espinosa “al ver que no recuperaba el dinero, acudió a la Cámara de Comercio de Quito y logró que se le devolviera la cantidad que entregó”.

Tras la disolución de la sociedad, Espinosa envió una comunicación a la Superintendencia de Compañías. Allí planteó reclamos a la empresa de Néstor M. e indicó que no le habían pagado los USD 24 000. También solicitó que se hiciera la intervención de dicha compañía, dijo el fiscal.

Durante la intervención a la empresa, la entidad designó a una persona como interventor y supervisó a la empresa de Néstor M. Así fue que un día antes de la muerte de Espinosa, el funcionario se comunicó con el sospechoso para acordar una reunión.

En la cita, según el fiscal, Néstor M. le entregó un número telefónico para que le informara sobre el proceso de intervención de la compañía. Añadió que de ese mismo número también se hizo una llamada a Drayzon A. Según las autoridades, ese fue otro de los indicios para detener a Néstor M. cerca de su domicilio, en el sector de El Bosque, norte de Quito.

El inculpado afirma ser inocente de las acusaciones y desconocer a las siete personas detenidas por la muerte del empresario. “La sociedad que tuvimos con Espinosa duró seis meses”.

En lo referente a la deuda, el sospechoso señala que no existió un préstamo de USD 24 000. “Se habla de la resolución de la Cámara, pero no se menciona la apelación que hice, la cual se encuentra en la Corte Provincial. Al parecer, el interventor no revisó los documentos que le entregué”.

Agrega que, cuando ocurrió el crimen, él estaba en uno de sus locales de venta de relojes, en el norte de la ciudad. “Ese día cerré el negocio e incluso le fui a dejar a uno de mis empleados en la parada de buses. Soy inocente y las puertas de mi casa están abiertas para las investigaciones. Ese número telefónico es de otra persona, no me corresponde”.

Los siete inculpados como autores materiales dicen que nunca han visto a Néstor M. El martes ellos también recibieron orden de prisión preventiva.

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