Los arranches de celulares a los estudiantes afuera de los planteles es uno de los delitos menores, pero de alto riesgo y en aumento en Cuenca. Los presuntos delincuentes atacan a jóvenes que llevan equipos caros (teléfonos o iPods) y ponen en riesgo sus vidas.
Para frenar ese tipo de delitos, primero es importante llegar a acuerdos para trabajar de forma coordinada entre Policía, guardia ciudadana, autoridades de los planteles educativos, dirigentes estudiantiles y padres de familia. Juntos visualizar y crear un plan de seguridad con responsabilidades compartidas.
Hay dos tareas básicas. Los padres tienen que evitar la entrega a sus hijos de celulares de alto costo porque llaman la atención. Los presuntos asaltantes buscarán la forma de apropiarse de ese equipo, amedrentándolos con agresión física.
Todos conocemos la hora de entrada y salida de los estudiantes a clases. La Policía debe hacer patrullajes permanentes en los alrededores para ahuyentar a los desconocidos. Estos, por lo general, atacan a media o una cuadra antes del establecimiento, cuando se bajan de los buses o les dejan los padres.
Es importante que cada plantel tenga un plan para proteger a los estudiantes y maestros en casos de crisis, emergencias, agresiones y robos. Los alumnos deben andar en grupos y evitar tener los equipos a simple vista para no alertar a los delincuentes.