Los familiares del sociólogo Marco Velasco recibieron ayer tres llamadas de un agente de la Brigada de Homicidios de la Policía Judicial.
En estas, según los deudos, el uniformado les solicitó que se le entregara la bala encontrada en el tablero del Peugeot 207 azul de la víctima. Esta fue asesinada por una organización de sacapintas la tarde del 23 de diciembre del 2011, en las afueras de un restaurante en el norte de Quito.
“La munición está en poder de nuestro abogado, quien nos recomendó entregarlo a la Fiscalía para continuar las investigaciones. Sin embargo, la tarde de ayer no logramos llevar la bala porque se nos hizo tarde”, manifiesta Santiago Velasco, hijo de la víctima.
Para la familia del catedrático universitario, su caso fue tomado en cuenta por la Policía luego de que este fuera expuesto ayer en los medios de comunicación. De lo contrario, “todo iba a seguir igual como antes que no avanzaban las indagaciones. Ahora al menos se comunicaron con nosotros porque esa bala jamás fue hallado por ellos”, añade.
Hasta ayer, la bala permaneció guardada en una funda plástica transparente junto a los informes periciales que posee la familia. Los hijos de Velasco tienen previsto entregarla hoy en la Fiscalía.
Según las investigaciones efectuadas por las autoridades, el socio de Marco Velasco es una pieza clave dentro del caso. Él acompañaba a la víctima en el momento que los armados se acercaron al Peugeot 206 para quitarles el dinero que retiraron del banco. Velasco murió de un disparo mientras que el socio resultó ileso.
“El amigo y socio de mi padre salió del país aturdido por el crimen. Solo él podría reconocer a los asesinos, pero no se encuentra en el país. Sé que le han enviado por correo electrónico las fotografías de los sacapintas que han sido detenidos por la Policía para ver si los reconoce, pero hasta ahora no hay resultados”, indica Santiago.
La familia de Velasco contó ayer que incluso el Ministerio del Interior envió una carta en días anteriores a la Policía Judicial para que se agilicen las investigaciones. Sin embargo, al no contar con la presencia del testigo principal, estas no han podido avanzar.
Un agente de la Brigada de Homicidios de la Policía Judicial afirmó ayer que las investigaciones del crimen del sociólogo jamás ha sido “abandonadas”. “Estamos haciendo las investigaciones pertinentes. No hemos dejado de trabajar en este caso”.
También rechazó las aseveraciones de que los gendarmes solicitan dinero para el combustible del vehículo y las investigaciones.
Pero este no es el único caso en que los familiares de personas asesinadas piden mayor celeridad en las investigaciones de la Policía y la Fiscalía. Los padres de David Erazo, hincha de El Nacional asesinado en junio del 2009, también se quejan de que las autoridades “los abandonaron”.
“Nadie nos llama y tampoco nos ayudan. El padre de mi hijo continúa acudiendo al estadio para ver si identifica a los sospechosos que se encuentran prófugos”, cuenta Elsa Lomas, madre del joven.
José Erazo, padre del fallecido, dice que en la Policía Judicial le piden que él mismo se encargue de las investigaciones. “Yo voy al estadio y, si me entero de alguna novedad, tengo que llamarles (a los policías). En otras ocasiones me han pedido para la gasolina del carro, pero me faltan recursos para hacerlo”, relata el hombre.
Lomas y Erazo recalcan que hasta la presente fecha, ninguna autoridad se ha acercado para colaborar con las indagaciones. “Por eso queremos que a los prófugos les incluyan en la lista de los Más Buscados, promocionada por el Ministerio del Interior”.
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Los crímenes en Quito
La muerte de Marco Velasco consta en el listado de 218 homicidios, registrados en Quito, por el Sistema de Información para la Gobernabilidad Democrática (Sigob) en el 2011.
En enero del 2012, la base de datos de esa entidad reportó 23 homicidios y asesinatos en Quito.
El último hecho que se reportó en la capital ocurrió la madrugada de ayer. Un hombre fue baleado dentro de un centro de diversión nocturna, en el norte.