“En esos tres cantones hay mucho movimiento delincuencial a pesar de que lo combatimos. Por eso tenemos que apoyarnos en estos grupos especiales, señala Edwin Gómez, jefe de la PJ de Manabí.
De los 18 agentes de la Policía Judicial, 12 son asignados a los ocho fiscales que existen en Manta. Seis quedan para receptar denuncias de personas que incluso llegan de Montecristi y Jaramijó y el resto labora en criminalística y emergencias. “Al reducido número de elementos se suma la falta de equipos de trabajo”, agrega Gómez. Uno de los agentes de la PJ comenta que para hacer los partes incluso han comprado computadoras, pero por cuenta propia. También han adquirido cámaras fotográficas y grabadoras digitales.
“Esas herramientas de trabajo son esenciales para nosotros. Por seguridad debemos tener la información a la mano, por eso hemos comprado esos equipos. La mayoría estamos pagando, pues los hemos tomado a crédito”, cuenta.
Agustín Zamora, titular de la Fiscalía de Manabí, reconoce que hacen falta policías que hagan un mejor control antidelincuencial. Desde hace tres años, a cada fiscal de Manabí se debe asignar dos agentes de la PJ. Esto no se cumple.