Entrevista del día / Ricardo Camacho, experto en seguridad interna
¿Qué tan idónea resulta la decisión de usar el polígrafo para medir la confianza en los miembros de la Policía?
Es una medida fundamental que debió tomar mucho antes el Estado ecuatoriano para transparentar la confianza en la Policía. El Estado, como cualquier empresa o persona, tiene derecho de analizar la confiabilidad en sus empleados. Hoy más aún, que el delito ha mutado hacia un crimen organizado como sicariato, narcotráfico, sacapintas y otros.
Si bien es una prueba de confianza, ¿como lo plantea el Gobierno no es más para cuestionar a la Policía?
Como ciudadano y como técnico creo que en el tema de seguridad no deben existir banderías políticas. El plan de reestructuración de la Policía habla de la falta de capacitación y tecnología, fomentar la inteligencia, el pago de información y sobre todo la confiabilidad de los policías.
Entonces, ¿la prueba del polígrafo es para ratificar esa confianza en la Policía?
Con polígrafo no se demuestra si el señor policía es ladrón o delincuente. Van a preguntarle cosas como ¿usted es parte del crimen organizado? Además, debe considerarse áreas fundamentales como patrimonios y bienes, hoja de vida en Asuntos Internos y, prueba psicológica independiente a la del polígrafo.
Pero ¿qué pasa si en el momento de la prueba del polígrafo, el uniformado está nervioso o estresado?
Técnicamente toda persona, por más honesta que sea, iría nerviosa a esa prueba. El nerviosismo es natural frente al polígrafo, pero este no capta eso, sino los cambios fisiológicos como la presión arterial, respiración y en la piel. Son cambios picos que ocurren y se detectan ante las interrogantes.
A propósito, ¿qué tipo de preguntas ayudarían a evaluar bien esa confiabilidad?
La clave del polígrafo está en dos aspectos. Uno es el banco de preguntas con parámetros de la Asociación Internacional de Poligrafistas. Deben ser preguntas concretas y fundamentales como ¿usted vende información al crimen organizado?, ¿ha matado a un delincuente fuera del marco de la ley?, ¿ha torturado a una persona? Lo segundo es el poligrafista que interprete los gráficos.
¿Y cómo garantizar la idoneidad de esa interpretación de las evaluaciones?
La prueba sí es subjetiva, porque es interpretada por un poligrafista. Este tiene que ser parte del coro de ángeles, a carta cabal y pulcro para que tenga la confianza de la Policía.
Si usted dice que la corrupción ha minado hasta los estamentos del Estado, ¿cómo garantizar que haya esa persona pulcra?
De entre 14 millones de ecuatorianos y 40 000 policías, debe haber tres justos. En Colombia, por ejemplo, se trabaja con poligrafistas que son policías. Pero antes ellos son poligrafiados y luego se especializan por dos años. Además, se les hace pruebas toxicológicas y revisa los bienes, incluido de familiares de hasta cuarto grado de consanguinidad.
Estas pruebas se aplicarán primero en la Policía Judicial, ¿eso no resulta un tanto discriminatorio?
La Policía tiene dos áreas: prevención e investigación. Esta última maneja los temas más sensibles como crimen organizado y homicidios. Por eso la PJ es clave.
¿Bastará con la prueba del polígrafo para mejorar todo?
Se requerirá un proceso de entrenamiento más técnico. Lo fundamental está en la capacitación para lograr una Policía profesional. Pero también debe recuperar la confianza de la sociedad con un servicio efectivo y oportuno
¿POR QUÉ ESTÁ AQUÍ?
Su experiencia. Asesor de las Fuerzas de Seguridad de México y América Central, Comité Internacional de la Cruz Roja.
Su punto de vista. Lo fundamental en la prueba del polígrafo es el banco de preguntas. Estas tienen que ser concretas.