Era el cuarto de cinco hermanos y el que solía acompañar a su madre mientras ella se dedicaba a vender agua embotellada en las afueras de la Terminal Terrestre de Guayaquil.
El pequeño José Steven Dután, de 11 años, fue hallado sin vida al costado de una vía poco transitada, luego de haber desaparecido de su hogar.El cuerpo del menor fue encontrado la mañana del pasado miércoles, oculto entre la hierba, en un sector aledaño a la Terminal, donde ayudaba a su madre.
El sábado pasado, cuando desapareció, su madre Aideé Sanunga, le había pedido que se vaya a la casa temprano, porque ella debía ir a un curso de capacitación. “Me dijo: ‘mami, yo no te acompaño porque hay gente grande’. Luego, antes de irse me preguntó a qué hora regresaba a la casa. Le dije que pasado el mediodía. De allí no lo volvía a ver”, relató la mañana de ayer la progenitora, mientras presentaba la denuncia en la Fiscalía adjunta a la Policía Judicial.
El cuerpo del menor presentaba 26 puñaladas a la altura de ambos brazos, en el abdomen y en el pecho, según el informe forense. Cuando la Policía realizó el levantamiento del cadáver, el pequeño tenía los pantalones abajo. “Analizaremos las muestras para determinar si fue también víctima de abuso sexual”, explicó el médico forense de la Policía Judicial del Guayas, Juan Montenegro.
El pequeño José Steven estudiaba por las noches el último año de primaria en la escuela fiscal Alonso Veloz, en el sector de la Isla Trinitaria, en el sur. Cerca de allí habitaba con su madre y sus otros cuatro hermanos. Su tío materno, Luis Sanunga, mencionó que reconoció a su sobrino por una pequeña cadena en su cuello. “Era una cadenita que tenía el escudo de Barcelona, su equipo favorito, relato el tío ayer, mientras acompañaba a la madre en la Fiscalía.
La madre confirmó la identidad del menor la mañana de ayer, luego del reconocimiento del cuerpo en el anfiteatro de la Policía. El tío del pequeño le informó que había visto en un noticiero de la televisión sobre el hallazgo del cuerpo de un niño de la misma edad. “En el noticiero lo avanzaron a reconocer. Venimos a la morgue y era el mismo.”
“Siempre le decía a mi niño que tenga precaución, le había advertido que si es que veía algo peligroso que se vaya a la casa”, decía desconsolada la madre.
José Steven estaba por cumplir 12 años el 31 de este mes. “El muchacho no tenía problemas, no era malcriado, no entiendo por qué se ensañaron contra él”, dijo el tío materno.
Según la progenitora, es la tercera pérdida de un familiar en manos de la delincuencia en menos de un año. “Los delincuentes me mataron a otros dos familiares, uno de ellos un niño”.
Criminalística de la Policía investiga en torno a las prendas halladas en el lugar del crimen, además de otras evidencias. La familia del pequeño dijo desconocer si José Steven era frecuentado por algún adulto.