Botellas de plástico vacías, cáscaras de sandía, huevos y hasta piedras lanzaban los familiares de los detenidos en los centros de Rehabilitación 1, 2 y 3 de Quito a los policías que les impidieron entrar a la fuerza a ese centro de detención. Ellos estaban molestos con la disposición de la ministra de Justicia, Johana Pesántez de no permitir las visitas después de los disturbios ocurridos el pasado miércoles 29 de febrero.
Ayer, desde las 07:00, cientos de personas hacían fila afuera del penal García Moreno intentando entrar a ver a sus familiares detenidos. Las mujeres alegaban que no se les comunicó que no estaban permitidas las visitas para este fin de semana y a gritos exigían hablar con los directores de las cárceles.
Una decena de miembros de la Policía permanecía en el callejón previo a la entrada de estos tres lugares de detención. Pero hasta las 10:45 el ambiente era tranquilo y los familiares, que en su mayoría eran mujeres, gritaban, se acercaban a la puerta a exigir una explicación.
Pero solo los guías penitenciarios como Roberto Suárez se acercaba por momentos a decirles que es “una disposición ministerial para velar por la seguridad de los internos y de las visitas para que no vuelva a ocurrir lo del miércoles”. Pese a que miembros del Ministerio ya se encontraban ahí desde tempranas horas, no dieron declaraciones.
La orden de prohibir las visitas al penal fue dada desde el pasado jueves como medida de prevención de nuevos disturbios. Esa tarde y noche los presos de estos tres centros realizaron una protesta junto a las visitas de esa tarde para exigir cambios en el sistema de rehabilitación .
Esos incidentes tuvieron como consecuencia 32 heridos (22 policías y 10 internos). Las visitas que esperaban ingresar hoy al penal recordaban los hechos y gritaban que “no se nos permite entrar para no mirar las heridas que tienen los presos”.
Lucía Bastidas, quien llegó a visitar a su hijo detenido desde el jueves, se apoyaba en la reja de la puerta de entrada. Con lágrimas en los ojos les pedía de favor a los gendarmes que le entregaran dos paquetes a su hijo. “Solo es comida, no va a tener con qué alimentarse, por favor recíbame”, decía.
Pero una policía, quien prefirió no decir su nombre, le respondió que “no son pasadores (personas que colaboran llevando encargos desde la puerta de entrada hasta las celdas ) y que no pueden recibir nada”.
Minutos más tarde, Suárez les decía que “se ha logrado el permiso de ingresar los alimentos o los paquetes que hayan traído”.
Mientras tanto, los detenidos de la Cárcel 2 observaban la protesta desde la azotea. Uno de ellos tomó un micrófono y les pidió que no reaccionen con violencia, “nosotros estamos en una protesta pacífica”, dijo.
Esta no es la primera protesta que protagonizan los detenidos. Las quejas por la crisis en el sistema penitenciario se han recogido en el informe de la Veeduría Ciudadana para el sistema carcelario en el 2011.
En este documento de 76 páginas se dice que uno de sus principales problemas es que “hay indiferencia de las autoridades para transparentar los estados de emergencia”. Hasta el 2011 el Gobierno decretó dos y destino casi USD 100 millones para dichas crisis. Ante las quejas de los prisioneros, la ministra Pesántez afirmó que los detenidos “son manipulados por ex funcionarios de rehabilitación que quieren impedir el cambio que se ha iniciado en esta administración”.
La nueva disposición de la principal de esa Cartera de Estado disgustó a los familiares de los detenidos y aunque se permitió el ingreso de alimentos y paquetes, las mujeres que protestaban no se calmaron.
Cuando se informó que las visitas estarían canceladas para el fin de semana, se apostaron en la puerta principal con el fin de tumbarla. Tres policías hicieron resistencia por varios minutos.
Pero las personas en los exteriores fueron mayoría y lograron forzar la puerta de rejas de metal. En ese instante, los gendarmes pasaron momentos de tensión y corrieron desde la puerta, en el lado oriental hacia la principal en el lado occidental, para poder detener a los protestantes.
Las mujeres recogieron piedras y las lanzaron a los cerca de 30 policías. La lucha duró casi una hora. Fue ahí cuando un miembro del Ministerio dio la disposición a los policías de hacer ingresar a tres representantes de los familiares, uno por centro de rehabilitación, para dialogar y lograr un acuerdo.
Cerca de las 15:00, Ricardo Morales subsecretario de Rehabilitación firmó el compromiso de reanudar las visitas el próximo miércoles y permitir solo por la tarde de ayer el ingreso de alimentos. La medida tranquilizó a los familiares.
Testimonio
Christian Rivera/ Paramédico
La Policía arrojó gas en el penal
Los paramédicos fuimos alertados a las 18:00 del miércoles del motín en el ex penal García Moreno. Dentro de la cárcel atendimos a una persona que tenía irritación en sus ojos provocada por gas lacrimógeno. En los exteriores también tuvimos que socorrer a dos mujeres que tenían lesiones oculares e irritación en las fosas nasales por inhalación de gas pimienta. De hecho, en los pabellones pude percibir el gas. Los policías utilizaron el tóxico para controlar la situación en el penal. En el lugar había niños que inhalaron el químico.
Los problemas
En el penal trabajan 82 guías, de ellos 41 realizan turnos en el día. Vigilan celdas, acompañan a los detenidos enfermos a los hospitales y a otros a las audiencias.
En una celda diseñada para dos personas duermen hasta ocho. Cada una mide 2 x 3 metros.
En total hay 302 celdas para 1 028 privados de la libertad. El hacinamiento en esa cárcel es del 70%.
El Gobierno destinó USD 40 millones para mejorar los problemas básicos de las 43 cárceles del país.
Tragedias en cárceles
Chile. Un siniestro no pudo ser controlado a tiempo
La cárcel de San Miguel en Santiago de Chile ardió en llamas el 8 de diciembre del 2010. En el siniestro perecieron 81 privados de la libertad. Cinco funcionarios custodiaban el centro penitenciario en donde residían hasta ese entonces 1 960 prisioneros. El incendio se produjo a las 04:30 y se avisó a los Bomberos una hora más tarde.
Honduras. 355 detenidos murieron en un incendio
En la prisión hondureña de Comayagua fallecieron 355 privados de la libertad en un incendio el 17 de febrero pasado. En la cárcel estaban 852 prisioneros, (el doble de la capacidad de ese penal). El 60% de ellos no había recibido condena. De los 10 pabellones cinco se quemaron. Donde se produjo el fuego murieron 98 detenidos.