Nuquez trabajaba en una firma minera

En la pequeña capilla del barrio Velasco Ibarra, en Machala, se preparaba ayer el sepelio de Jéssica Nuquez Coronel, esposa del asambleísta por El Oro, Carlos Zambrano, asesinada el jueves.

En la iglesia, a una cuadra de la residencia de los padres del asambleísta Zambrano, se esperaba al Primer Mandatario, quien por la mañana expresó sus condolencias, a través del enlace sabatino, a su compañero de Alianza País.

A la residencia de la familia Zambrano llegaron familiares y allegados a la pareja, incluso la Policía cerró el acceso, con agentes del GOE en la calle 25 de Junio, a tres cuadras de bar Bistro, donde Nuquez fue baleada.

Zambrano arribó de Cuba la medianoche del viernes, en el avión presidencial que le facilitó el Mandatario. Había viajado acompañando al vicepresidente Lenin Moreno. En medio de un fuerte resguardo policial, el asambleísta quebró en llanto apenas bajó del vehículo que lo trajo desde el aeropuerto.

La asambleísta Aminta Buenaño, quien acompañó a Zambrano desde Cuba, habló de la inseguridad. “Las fuerzas de la violencia organizada son las que hacen esto, esto no debe quedar impune”, manifestó. Buenaño dijo que supo que el asambleísta Zambrano había recibido amenazas “por sus investigaciones”.

La familia Zambrano dirige una empresa minera en El Oro, en cuyas oficinas laboraba Nuquez. El asambleísta investigaba presuntos actos irregulares en la administración de la Corporación Nacional de Electricidad de El Oro. Hace 15 días presentó en Machala pruebas de presunto enriquecimiento ilícito de funcionarios de esa entidad.

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