Entrevista Miguel Falconi Puig / Jurista
Tras 16 meses de la denominada reestructuración de la Función Judicial ¿se comienzan a sentir cambios?
Creo que lo más preocupante es que lamentablemente no hay una escuela de formación de jueces. Esto se intentó hacer, pero en el país no tenemos una carrera judicial propiamente dicha.
¿A qué se refiere?
Los jueces vienen aprendiendo a fuerza de experiencias, de amanuenses pasan a secretarios y de ahí a jueces, pero académicamente no hay mecanismos de formación para este tema tan complejo y delicado como es la administración de la justicia.
¿Qué le preocupa más de este proceso?
El sistema de designación de jueces. Estos son escogidos por medio de cuestionarios de tal simplicidad que parecen más bien dirigidos a parvularios que a aspirantes a jueces. Incluso con esas pruebas existen malas calificaciones. El país debería profundizar con responsabilidad en la formación (de los magistrados).
Este cambio en el modelo de gestión propuesto desde la Judicatura, ¿logrará cambios radicales en la justicia?
Lo dudo mucho. Sobre todo, por la forma en que se están eligiendo a los funcionarios. Incluso en la elección de las nuevas cortes hay ministros que son elegidos con puntajes menores a 70. Yo me pregunto si estas personas están en la capacidad de administrar justicia. Lo mismo está pasando con los magistrados de la Corte Constitucional. Yo cuestiono mucho ese sistema de elección.
Desde su experiencia, ¿cuáles son los mayores retos que se presentan ahora para los juristas?
A mí siempre me atrajo mucho la ciencia penal. Pero el procedimiento penal en Ecuador y el ejercicio en los juzgados es una especie de círculo dantesco. Yo compadezco a quienes ejercen en materia penal, porque hay un sistema de compraventa que se presenta para obtener buenos fallos, tanto desde los profesionales del derecho como desde los funcionarios judiciales.
¿Cómo superar esto?
El sistema tiene una vergonzosa corrupción judicial, que invita a reflexionar sobre cómo lograr una salud en la justicia y la respuesta a eso es la capacitación. Además, hoy por hoy, el peor enemigo que tiene el ciudadano, y entre ellos el abogado, es la burocracia en el área judicial.
¿Cómo les afecta?
Cada vez se inventan normas y reglamentaciones que incluso prevalecen sobre la ley. Esa burocracia causa graves daños.
Si la formación es lo que más le preocupa, ¿ha considerado la academia?
Lo hice hace muchos años pero me casé muy joven. Me parece interesante, creo que después de esto (entrevista) puedo tenerla presente como opción.
HOJA DE VIDA
Su experiencia. Hace 40 años fundó la firma Falconi Puig abogados. Habla sobre la reestructuración de la justicia y de la necesidad de formar a los judiciales.